En un mundo donde la transformación digital redefine fronteras, Marruecos y Estados Unidos han decidido redoblar sus apuestas conjuntas. Amal El Fallah Seghrouchni, ministra delegada encargada de la Transición Digital y Reforma de la Administración de Marruecos, encabezó esta semana en Washington un diálogo de alto nivel para dinamizar la colaboración bilateral en innovación tecnológica, inteligencia artificial (IA) y ciberseguridad. Un movimiento que no solo refuerza lazos históricos, sino que posiciona a ambas naciones en la vanguardia de la geopolítica digital.
Reuniones de alto calibre: Más allá de lo protocolario
En el corazón del Departamento de Estado, Seghrouchni, acompañada por el embajador marroquí en EE.UU., Youssef Amrani, se reunió con Steve Lang, embajador estadounidense para el Ciberespacio y Política Digital. El encuentro trascendió las formalidades diplomáticas: se trató de una reafirmación estratégica. Ambos países reconocieron el potencial de su alianza para impulsar no solo agendas nacionales, sino estándares globales en áreas críticas como la IA y la gobernanza digital.
La ministra marroquí no perdió oportunidad de enmarcar el diálogo dentro de Marruecos Digital 2030, la hoja de ruta que busca convertir al Reino en un hub tecnológico africano. “No hablamos solo de infraestructura, sino de construir un ecosistema donde la innovación genere prosperidad inclusiva”, subrayó Seghrouchni durante los intercambios.
IA y ciberseguridad: Los pilares de un futuro compartido
El segundo acto clave fue el encuentro con Leila Elmergawi, directora de Estrategia y Política Global en IA del gobierno estadounidense. Aquí, el foco se desplazó hacia la seguridad en el ciberespacio y la ética en el desarrollo de algoritmos. Marruecos, que ya ha lanzado iniciativas como la Agencia Nacional de Ciberseguridad, busca consolidar un marco de confianza para atraer inversiones y talento.
Pero ¿por qué este acercamiento resulta estratégico para Washington? Analistas sugieren que Marruecos, puente entre Europa, África y el mundo árabe, ofrece un laboratorio único para proyectos de IA aplicada a sectores como agricultura, energía renovable y gestión urbana. Además, su estabilidad política lo convierte en un aliado clave frente a desafíos como la ciberdelincuencia transnacional.
El desafío de la inclusión digital
El diálogo también abordó un dilema persistente: cómo acelerar la transición digital en sociedades donde el efectivo aún domina. Marruecos, aunque líder regional en conectividad, enfrenta brechas en adopción tecnológica, especialmente en zonas rurales. La cooperación con EE.UU. podría incluir programas de capacitación y financiamiento para startups, algo alineado con los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU.
Conclusión: Una alianza con visión de futuro
Este capítulo entre Rabat y Washington no es anecdótico. Refleja una tendencia global: las alianzas tecnológicas están reemplazando a los tradicionales acuerdos comerciales. Para Marruecos, es una oportunidad de liderazgo en África; para EE.UU., una forma de ampliar su influencia en un sector que definirá el siglo XXI.
En un escenario de competencia entre potencias por el dominio digital, esta colaboración podría ser un modelo de cómo construir puentes —y no muros— en la era de los datos. El mensaje es claro: la transformación digital no es solo cuestión de bytes, sino de voluntades políticas.
18/03/2025









