Las relaciones entre Argelia y Francia atraviesan uno de sus momentos más críticos en décadas, el nuevo elemento es la decisión del ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, de suspender los acuerdos que permitían a los titulares de pasaportes diplomáticos argelinos ingresar a Francia sin visado. Esta medida es una respuesta al rechazo de Argelia de aceptar la repatriación de una lista de 60 argelinos que Francia busca expulsar. Según Retailleau, esta negativa viola los acuerdos bilaterales firmados en 1994, lo que ha llevado a París a adoptar una «respuesta gradual».
Según FranceInfo, el Ministerio de Asuntos Exteriores argelino calificó la solicitud francesa como «inaceptable en forma y fondo», argumentando que el procedimiento adecuado debía seguir los canales establecidos entre las prefecturas francesas y los consulados argelinos. Este rechazo ha exacerbado las tensiones entre ambos países, que ya venían acumulando desencuentros en los últimos meses. Retailleau lamentó que Argelia «no respete el derecho internacional» y anunció la suspensión de los acuerdos de 2007 que facilitaban la movilidad de funcionarios y diplomáticos argelinos en Francia sin necesidad de visa.
El trasfondo de la crisis
Cabe recordar que desde enero, las relaciones diplomáticas en Argelia y Francia van en constante decadencia. El conflicto se ha visto agravado por la detención y expulsión de varios influencers argelinos en Francia, acusados de incitar al odio y la violencia. Uno de los casos más destacados es el de Doualemn, un influencer de 59 años expulsado a Argelia, pero devuelto a Francia horas después porque las autoridades argelinas rechazaron su ingreso. Este incidente fue calificado por Retailleau como una «humillación» para Francia, y desde entonces, las relaciones bilaterales han alcanzado un nivel de tensión cada vez mayor.
Si bien, la raíz de esta crisis se originó con el reconocimiento por parte de Francia de la soberanía marroquí sobre el Sáhara. Este gesto, celebrado por Marruecos, fue interpretado por Argelia como una traición histórica, lo que llevó al gobierno argelino a retirar a su embajador en París. Argelia, que apoya al Frente Polisario en su lucha por la independencia del Sáhara, considera que la posición francesa viola el derecho internacional y perjudica los intereses del pueblo saharaui.
Otro factor que ha contribuido a la deterioración de las relaciones es la detención del escritor franco-argelino Boualem Sansal en Argel, acusado de atentar contra la seguridad del Estado. El presidente francés, Emmanuel Macron, criticó duramente esta acción, calificándola de «arbitraria» y afirmando que «deshonra» a Argelia. Las autoridades argelinas, por su parte, rechazaron estas declaraciones, acusando a Francia de inmiscuirse en asuntos internos. La prensa argelina ha respaldado la postura de su gobierno, tildando a Francia de revivir «sus viejos demonios coloniales».
Es así como desde inicios de 2025, los mensajes particularmente violentos por parte de algunos influencers argelinos contra Francia se han intensificado en redes sociales y a eso se le han ido sumando hechos políticos y diplomáticos que agravan la situación y la crisis entre Argelia y Francia parece lejos de resolverse.
Mientras Francia insiste en mantener una relación bilateral sólida, las acciones recientes de ambos gobiernos sugieren una prolongación del distanciamiento. La suspensión de los acuerdos de visados, las tensiones en torno a los influencers y la disputa por el Sahara Occidental han creado un escenario complejo que requerirá de un delicado manejo diplomático en un contexto de creciente desconfianza e incertidumbre.
18/03/2025