A pesar de la prohibición impuesta por un juez federal, Estados Unidos deportó el domingo a 238 presuntos integrantes de la banda criminal Tren de Aragua a El Salvador, donde fueron recluidos en el Centro de Confinamiento contra el Terrorismo (CECOT). La operación, anunciada por los gobiernos de ambos países, se llevó a cabo pocas horas después de que el magistrado James E. Boasberg prohibiera la aplicación de una ley que permite las deportaciones exprés, lo que ha generado interrogantes sobre la legalidad de la medida.
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, confirmó la llegada del grupo y detalló que estarán detenidos en el CECOT por un año, con posibilidad de extensión. «Hoy llegaron a nuestro país los primeros 238 miembros de la organización criminal venezolana Tren de Aragua. Fueron trasladados de inmediato al CECOT», escribió en la red social X. Además, recordó que Estados Unidos incluyó recientemente a esta banda en su lista de organizaciones terroristas extranjeras. Sin embargo, las autoridades estadounidenses no han explicado cómo identificaron a estos individuos como parte de la organización ni bajo qué marco legal serán retenidos en El Salvador.
El presidente Donald Trump, quien impulsó la deportación, invocó el sábado la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, utilizada por última vez durante la Segunda Guerra Mundial. Esta legislación permite la detención o deportación de ciudadanos de países considerados hostiles sin necesidad de una audiencia previa. Bajo esta normativa, todos los venezolanos mayores de 14 años en EE.UU. que sean sospechosos de pertenecer al Tren de Aragua y no cuenten con ciudadanía o residencia legal pueden ser detenidos y expulsados. No obstante, la orden del juez Boasberg bloqueó temporalmente la aplicación de esta ley y exigió que cualquier vuelo con deportados a bordo regresara a EE.UU. A pesar de ello, el vuelo con los presuntos miembros del Tren de Aragua aterrizó en El Salvador la madrugada del domingo.
Bukele reaccionó a la situación con un mensaje irónico en redes sociales, compartiendo el titular sobre la orden judicial acompañado del comentario: «000psie… Too late (demasiado tarde)». Además, afirmó que EE.UU. «pagará una tarifa muy baja por ellos, pero una tarifa alta por nosotros», asegurando que el sistema penitenciario salvadoreño se volverá autosuficiente gracias al programa «Ocio Cero», en el que más de 40,000 reclusos trabajan en diversas labores. Actualmente, el mantenimiento del sistema carcelario cuesta $200 millones anuales.
Paralelamente, Estados Unidos también deportó a 23 miembros de la MS-13 buscados por la justicia salvadoreña, entre ellos dos cabecillas. Bukele señaló que esta acción ayudará a recopilar inteligencia y desmantelar los remanentes de la pandilla, incluyendo a sus miembros, colaboradores y financistas. Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, elogió a Bukele como «el líder más fuerte en seguridad en la región» y destacó que el acuerdo con El Salvador permitirá reducir costos para los contribuyentes estadounidenses. Rubio también mencionó que EE.UU. podría destinar hasta $15 millones adicionales para que El Salvador albergue a más pandilleros en el futuro, con un costo aproximado de $20,000 por prisionero durante un año.
El presidente Trump también se pronunció sobre la operación, calificando a los deportados como «monstruos» y culpando a la administración Biden por permitir su ingreso a EE.UU. «Estos son los monstruos que el corrupto Joe Biden y los demócratas de izquierda radical enviaron a nuestro país. ¡Cómo se atreven!», escribió en su red social Truth Social. Asimismo, agradeció a Bukele por su cooperación y aseguró que Estados Unidos «no olvidará» su apoyo en la lucha contra el crimen organizado.
17/03/2025