En 2024, las exportaciones de butano de Estados Unidos alcanzan niveles récord, acercándose a los 500.000 barriles diarios. Este aumento del 12 % en comparación con el año anterior confirma el crecimiento del país en el mercado del gas de petróleo licuado (GPL), un sector en plena expansión debido a la creciente demanda mundial.
Aunque Asia sigue siendo el principal destino de las exportaciones, absorbiendo el 41 % de los volúmenes enviados —con Indonesia, Japón y Corea del Sur a la cabeza—, África también se posiciona como un mercado clave. En este contexto, Marruecos y Egipto figuran entre los mayores importadores del continente, aprovechando esta fuente de energía para cubrir sus necesidades domésticas e industriales en constante crecimiento.
El butano, derivado del refinado del petróleo y del procesamiento del gas natural, destaca por su versatilidad. Se emplea tanto en la cocina y la calefacción de los hogares como en la industria petroquímica, además de desempeñar un papel clave en la mejora de la volatilidad de los combustibles automotrices. Su éxito se basa en un factor esencial: una relación costo-eficiencia altamente competitiva, un criterio determinante en un mercado energético marcado por una fuerte volatilidad.
El auge de la producción estadounidense, impulsado por la explotación intensiva en regiones ricas en hidrocarburos como Eagle Ford, en Texas, refuerza su atractivo en mercados emergentes gracias a precios más bajos que los de referencia internacional. En este contexto, Marruecos, que busca diversificar sus fuentes de suministro, podría beneficiarse de esta abundancia para garantizar el acceso a esta fuente estratégica. No obstante, su equilibrio energético sigue sujeto a las tensiones geopolíticas y a las fluctuaciones impredecibles en los precios de los hidrocarburos.
11/03/2025