En una visita oficial a Washington, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reafirmó junto a su homólogo estadounidense, Donald Trump, la necesidad de alcanzar una «paz sólida y duradera» en Ucrania. Durante la reunión fue evidente que los líderes buscan la paz pero bajo condiciones distintas, lo que de alguna suma tensión a la incertidumbre que se vive desde que la administración Trump ha decidido negociar directamente con Moscú, excluyendo a Ucrania y a Europa del proceso.
A pesar de la cordialidad vista entre Macron y Trump, quedaron expuestas algunas discrepancias significativas sobre el enfoque hacia Ucrania. Macron, subrayó la histórica alianza entre su país y Estados Unidos pero no evitó señalar diferencias clave, especialmente en relación al apoyo europeo a Ucrania.
El líder francés defendió una postura activa de Europa en la defensa y seguridad del continente, una respuesta a las recurrentes exigencias de Trump de que los aliados incrementen su apoyo a Kiev. Sin embargo, el mandatario estadounidense no tardó en criticar la ayuda europea a Ucrania, sugiriendo que se limitaba a «préstamos» que eventualmente serían recuperados y que por tanto su país también merece recuperar su inversión en Kiev.
Esas declaraciones de Trump ante la prensa, incomodaron visiblemente a Macron, quien de forma inmediata, corrigió sus palabras explicando que Europa ha pagado el 60% de la deuda total de Ucrania y detalló que parte de la asistencia proviene de los 30.000 millones de euros en activos rusos congelados en Europa. Esta situación frente a la prensa internacional fue solo uno de los puntos que reflejan el diferenciado enfoque de los dos líderes sobre cómo se distribuye la carga financiera del conflicto.
En cuanto a las negociaciones de paz, Trump expresó su optimismo, sugiriendo que la guerra en Ucrania podría terminar «en semanas si se alcanzan los acuerdos adecuados». Ante lo que Macron insistió en que cualquier acuerdo de paz debe garantizar la estabilidad y soberanía de Ucrania, y expresó que «la paz no puede significar la capitulación de Ucrania ni un alto el fuego sin garantías».
Si bien, Macron aseguró que sus palabras eran únicamente nombre del gobierno francés, y no en representación de toda Europa, dejó claro que su posición es en total apoyo a asegurar la integridad territorial de Ucrania y que toda negociación debe asegurar que Rusia no viole el tratado una vez firmado. En este sentido, el presidente francés recordó que algunos países europeos estarían dispuestos a desplegar fuerzas de paz en Ucrania como parte de un acuerdo posterior a la tregua, aún y cuando varios países aún dudan de las implicaciones de una presencia militar en territorio ucraniano.
No obstante sorprendió que ante esas declaraciones, el presidente Trump sugiriera que su homólogo ruso, Vladimir Putin, podría estar dispuesto a aceptar la presencia de tropas europeas en Ucrania como parte de un acuerdo para finalizar el conflicto. Estas palabras reflejan una posible flexibilización en al postura de Moscú.
Igualmente, Trump anunció la posible pronta visita del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a Washington para firmar un acuerdo económico que él espera incluya la cesión de recursos minerales estratégicos a cambio de ayuda militar estadounidense. Aunque este tema ha sido rechazado por el presidente ucraniano Zelensky, no se descarta que se negocie algún acuerdo en ese sentido, ante la presión estadounidense y la necesidad de apoyo por parte de Kiev. Mas queda claro que a pesar de las esperanzas de un pronto acuerdo de cese al fuego, el futuro de Ucrania sigue siendo incierto, con un camino hacia la paz condicionado ya sea a ceder parte de su territorio a Rusia o bien a Estados Unidos, entre tanto las diferencias políticas y estratégicas entre Trump y Europa son cada vez más fuertes arriesgando un apoyo consistente a Ucrania.
24/02/2025









