A pesar de las incertidumbres vinculadas al sector agrícola, las perspectivas económicas de Marruecos para los próximos años son optimistas. Según BMCE Capital Global Research, el país podría alcanzar un crecimiento económico del 3,9 % en 2025. Esto refleja la capacidad de Marruecos para superar los choques externos gracias a estrategias ambiciosas y reformas estructurales bien adaptadas. Entre los factores clave de esta recuperación destacan los proyectos estructurales relacionados con la organización del Mundial de Fútbol 2030, que podrían generar beneficios económicos sustanciales y duraderos, consolidando su posición como actor clave en el desarrollo regional.
El informe también resalta la meta de atraer más de 300 mil millones de dólares en inversiones extranjeras directas (IED) en un plazo de 20 años, con un objetivo anual de 5 mil millones de dólares para 2030. Este ambicioso plan reforzaría los objetivos del Nuevo Modelo de Desarrollo, posicionando a Marruecos como un centro de crecimiento regional y continental. Adicionalmente, se espera que las reformas fiscales previstas en la ley de finanzas 2025, como el aumento del umbral de exención fiscal y la reducción del impuesto marginal, impulsen el poder adquisitivo de las clases medias, estimulando así el consumo interno como motor clave de una recuperación sostenible.
En el plano internacional, BMCE Capital Global Research subraya que el contexto económico global, marcado por un crecimiento estimado del 3,3 % para 2025-2026 y una reducción de la inflación mundial, brinda a Marruecos la oportunidad de fortalecer sus exportaciones y estabilizar los costos de importación. Estas condiciones permitirían al país aprovechar una demanda externa creciente y beneficiarse de la estabilización de los precios internacionales.
No obstante, el informe advierte sobre posibles riesgos, como tensiones geopolíticas y fluctuaciones en los precios del petróleo, que podrían afectar los flujos de inversión extranjera. Para contrarrestar estos desafíos, será crucial fortalecer la dinámica interna mediante el aumento de la inversión y el estímulo al consumo. Asimismo, la creación de empleo, especialmente en el sector privado, se presenta como una prioridad para mitigar los impactos de la sequía en el sector agrícola. A pesar de estos retos, se prevé que el crecimiento económico alcance el 3,9 % en 2025, confirmando las bases sólidas de un desarrollo sostenible e inclusivo.
21/01/2025