La revelación de los vínculos entre el Frente Polisario, Irán y Argelia, impulsada por la reciente caída del régimen sirio de Bashar al-Assad, expone una trama geopolítica que busca desestabilizar a Marruecos. Desde una perspectiva marroquí, esta alianza tripartita representa una amenaza directa a la seguridad territorial y a los esfuerzos del reino por consolidar la paz y el desarrollo en el Magreb.
Desde la década de 1970, Argelia ha desempeñado un papel central como apoyo político, militar y logístico para el Polisario, facilitando sus actividades contra Marruecos. Sin embargo, la implicación de Irán añade una dimensión más alarmante. Documentos recientes de inteligencia confirman la formación de milicianos del Polisario en Siria bajo la supervisión de fuerzas iraníes y de Hezbollah, con el objetivo de realizar operaciones desestabilizadoras en territorio marroquí.
Argelia no solo provee respaldo diplomático, sino que también facilita el tránsito de estos combatientes, según informes que sugieren el uso de pasaportes argelinos para introducirlos en Siria. Este esquema resalta el rol de Argelia como eje coordinador en esta estrategia que amenaza directamente la integridad territorial de Marruecos.
El peligro de la influencia iraní en el Magreb
La presencia de Irán en esta ecuación no es casual. Utilizando al Polisario como intermediario, Teherán busca extender su influencia hacia el Magreb, una región clave para sus ambiciones geopolíticas. Al entrenar y armar a milicianos saharauis, Irán no solo desafía la estabilidad de Marruecos, sino que también introduce una nueva dinámica de tensión en el Magreb, donde las aspiraciones hegemónicas argelinas se alinean con las de Teherán.
En respuesta, Marruecos ya reaccionó en 2018, rompiendo relaciones con Irán al denunciar la colaboración de Hezbollah con el Polisario. Esta medida refleja la postura firme del reino frente a cualquier amenaza que busque socavar su soberanía en el Sáhara, un asunto central en la política exterior marroquí.
El impacto en la estabilidad regional y la respuesta marroquí
Desde la perspectiva marroqui, estos acontecimientos destacan la necesidad de reforzar alianzas estratégicas y de intensificar la diplomacia proactiva. El enfoque del reino se centra en movilizar el apoyo internacional, especialmente de actores como Estados Unidos, la Unión Europea y los países del Golfo, para contrarrestar esta amenaza.
Asimismo, resulta crucial que Marruecos continúe desarrollando sus capacidades de defensa y seguridad, apostando por una mayor cooperación con sus aliados en inteligencia y estrategia militar. La política exterior marroquí, basada en la estabilidad y el desarrollo regional, también sigue enfatizando la importancia de iniciativas de cooperación magrebí que aíslen la postura argelina y refuercen su posición en el Sáhara.
En conclusión, la exposición de los vínculos entre el Polisario, Irán y Argelia subraya una estrategia coordinada contra Marruecos que trasciende lo militar y se adentra en el terreno geopolítico. Frente a esta amenaza, Marruecos se posiciona como un baluarte de estabilidad y desarrollo en el Magreb, defendiendo con firmeza su integridad territorial y liderando los esfuerzos para neutralizar las ambiciones desestabilizadoras en la región.
16/12/2024