El año 2024 marca dos décadas desde la firma del Acuerdo de Libre Comercio entre Marruecos y Estados Unidos (ALC), un acuerdo estratégico que ha fortalecido los vínculos económicos y comerciales entre ambos países. Desde su implementación, las exportaciones marroquíes hacia Estados Unidos han crecido más del 300 %, alcanzando 1.600 millones de dólares en 2023, con sectores clave como el automotriz, la agroindustria y la aeronáutica a la cabeza. En paralelo, las exportaciones estadounidenses a Marruecos se han incrementado un 200 %, totalizando 3.200 millones de dólares, centradas en maquinaria, productos agrícolas y químicos. Este acuerdo ha contribuido también a diversificar la economía marroquí, fomentando industrias de alto valor añadido como la aeronáutica y la electrónica.
El ALC no solo ha impulsado los flujos comerciales, sino también las inversiones estadounidenses, que se han cuadruplicado desde 2006, alcanzando los 1.000 millones de dólares en 2023. Estas inversiones han fortalecido sectores clave como las energías renovables y los servicios, consolidando el papel de Marruecos como puerta de entrada al continente africano. Además, el acuerdo ha sido una plataforma para promover la integración afroatlántica, con Marruecos desempeñando un papel central en iniciativas como el Proceso de Estados de África Atlántica, que busca fomentar la colaboración en seguridad, economía azul y sostenibilidad.
Paralelamente, este acuerdo se presenta como un modelo para una futura integración económica afroatlántica más profunda, denominada ZLECAF Plus, que podría estructurar las relaciones comerciales e inversiones en la región, inspirándose en experiencias exitosas como el Acuerdo de Cooperación Transpacífico. Este modelo buscaría reducir barreras logísticas, mejorar el acceso a mercados y fortalecer las cadenas de valor en sectores estratégicos. Marruecos, como único país africano con un ALC con Estados Unidos, podría liderar este proceso, compartiendo su experiencia en regulación y fortalecimiento de capacidades técnicas y humanas.
Sin embargo, para materializar esta visión afroatlántica se requieren inversiones sustanciales en infraestructura, reducción de costos logísticos y la consolidación de proyectos clave como el gasoducto Nigeria-Marruecos y el puerto de Dajla. Estos proyectos no solo integran mejor a los países africanos en los flujos comerciales globales, sino que posicionan a Marruecos como un puente entre África, Europa y América. El liderazgo marroquí en energías renovables y desarrollo sostenible refuerza esta visión, subrayando el potencial del país para promover una economía afroatlántica dinámica y conectada.
16/12/2024