Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Cataluña y líder de Junts, ha exigido al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que se someta a una cuestión de confianza en el Congreso de los Diputados. Esta petición llega tras acusaciones de que Sánchez ha incumplido el acuerdo de investidura alcanzado con su partido, lo que ha deteriorado gravemente las relaciones entre Junts y el Ejecutivo.
A este respecto, desde Bruselas, Puigdemont expresó su descontento al hacer un balance de la relación entre ambas partes, durante el día de ayer. Además, calificó al presidente como alguien «no de fiar» y aseguró que la confianza entre las partes “se ha roto”, tal y como han señalado los medios españoles. Esta exigencia se produce en un contexto crítico para el Gobierno, ya que la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado depende del apoyo de fuerzas parlamentarias como Junts.
¿Qué es la cuestión de confianza y cómo funciona?
La cuestión de confianza es un mecanismo previsto en la Constitución Española que permite al presidente del Gobierno someterse al juicio del Congreso para evaluar si conserva el respaldo suficiente para seguir ejerciendo su cargo y llevar adelante su programa. A diferencia de una moción de censura, que es propuesta por la oposición, la cuestión de confianza debe ser solicitada por el propio presidente del Gobierno.
El procedimiento está regulado por los artículos 112 y 114 de la Constitución y los artículos 173 y 174 del reglamento del Congreso. Una vez presentada la solicitud, el debate se desarrolla en el Pleno de la Cámara Baja, siguiendo un formato similar al de una investidura. Si en la votación final el presidente obtiene más votos a favor que en contra, se considera que la confianza le ha sido otorgada, permitiéndole continuar en el cargo. Por el contrario, si pierde, está obligado a dimitir y se inicia el proceso para elegir a un nuevo presidente.
Impacto político: ¿puede Sánchez perder la presidencia?
De no superar una cuestión de confianza, Pedro Sánchez debería presentar su dimisión al Rey, lo que activaría el procedimiento constitucional para que el Congreso elija a un nuevo presidente. Este escenario podría sumir al Gobierno en una crisis política y abrir la puerta a nuevas negociaciones entre las fuerzas parlamentarias.
Hasta ahora, solo dos presidentes españoles han recurrido a este mecanismo. Adolfo Suárez lo hizo en 1980 y logró superar la votación para reafirmar su programa de gobierno. Felipe González siguió sus pasos en 1990, buscando apoyo para sus políticas económicas y exteriores, también con éxito.
Diferencias con la moción de censura
Mientras que la cuestión de confianza es un recurso del Gobierno para medir su respaldo parlamentario, la moción de censura es una herramienta de la oposición para intentar cesar al presidente. Además, la moción debe incluir a un candidato alternativo, que asumiría la presidencia de forma automática si la moción prospera.
En este caso, Sánchez no ha mostrado intención de someterse a una cuestión de confianza, y desde Moncloa consideran que “no hay necesidad”, asegurando que el Gobierno sigue cumpliendo sus compromisos. Sin embargo, esta exigencia de Junts añade presión a un Ejecutivo que necesita el apoyo de sus socios para asegurar la estabilidad parlamentaria.
En el contexto actual, la exigencia de Puigdemont refleja un momento de tensiones entre el Gobierno central y los partidos independentistas catalanes, pues se produce en un momento en el que la aprobación de los Presupuestos Generales y otros acuerdos clave están en juego.
10/12/2024









