En un contexto ambientado por la guerra, las Naciones Unidas han expresado su preocupación por las «graves dificultades» que enfrentan las operaciones humanitarias en Siria, que sigue sumida en un conflicto que ya lleva casi 14 años. En particular, las operaciones en Alepo, Idleb y Hama están mayormente suspendidas, aunque el Cresciente Rojo Árabe Sirio (SARC) sigue brindando ayuda en el terreno. La organización destacó la creciente urgencia de la situación y la necesidad de que todas las partes implicadas cumplan con sus obligaciones según el derecho internacional y el derecho humanitario.
En este sentido, el Secretario General de la ONU, António Guterres, expresó su alarma por la reciente escalada de violencia en el noroeste de Siria. A su vez, hizo un llamado a la cesación inmediata de las hostilidades y subrayó la importancia de un retorno al proceso político facilitado por la ONU, de modo que todas las partes colaboren estrechamente con el enviado especial para Siria, Geir Pedersen, para definir una estrategia integral de salida del conflicto.
La intensificación de la violencia ha generado desplazamientos masivos de civiles. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), cerca de 50.000 personas han huido en pocos días debido a los recientes combates. Hasta el 30 de noviembre, más de 48.500 personas habían sido desplazadas, un aumento significativo respecto a los 14.000 desplazados reportados a finales de noviembre.
03/12/2024