En el contexto de una creciente conciencia sobre la sostenibilidad y la gestión eficiente de los recursos, los hogares españoles han demostrado un progreso significativo en la reducción del desperdicio alimentario. Según el último informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el número de hogares que no desperdició alimentos en 2023 aumentó un 4,4% respecto al año anterior, consolidando una tendencia positiva que ya ha logrado una reducción del 13,2% en el desperdicio de alimentos y bebidas desde el año 2020.
Este avance es notable en un contexto donde el total de alimentos desperdiciados en el país fue de 1.214,76 millones de kilos/litros en el último año, destacando un especial enfoque en el desperdicio generado dentro del hogar, que constituye la mayor parte del total. Las iniciativas para sensibilizar sobre esta problemática están alineadas con eventos globales como el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, que busca promover acciones para reducir el desperdicio a nivel mundial.

El Gobierno español, a través de figuras como el ministro Luis Planas, ha reforzado el compromiso de seguir reduciendo estos porcentajes, destacando la importancia de la futura Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario que actualmente se tramita en el parlamento. Esta ley no solo busca promover una mayor conciencia y responsabilidad entre los consumidores y otros actores de la cadena alimentaria, sino que también pretende posicionar a España como líder en la lucha contra el desperdicio alimentario dentro de la Unión Europea.
Además de las medidas legislativas, el informe muestra una evolución en el comportamiento de los consumidores, quienes han respondido positivamente a campañas de concienciación y han adaptado sus hábitos, especialmente en un contexto de aumento en los precios de los alimentos. Esta adaptación incluye una mejor planificación de las compras y un aprovechamiento más eficiente de los productos adquiridos, lo que se refleja en un decrecimiento del desperdicio fuera del hogar y una mejora en la gestión de alimentos dentro de las viviendas.
En resumen, el panorama en España respecto al desperdicio alimentario muestra signos de mejora gracias a una combinación de políticas públicas, iniciativas de concienciación y un cambio palpable en los hábitos de los consumidores. Estos esfuerzos colectivos son esenciales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, particularmente el ODS 12.3, que busca reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos para 2030.
28/9/2024