El 25 de septiembre de 2024, la ONU intensificó su apoyo en la frontera entre Líbano y Siria en respuesta a los recientes bombardeos israelíes en Líbano, que han forzado a miles de personas a cruzar hacia Siria. Durante una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad, el Secretario General António Guterres destacó el día más sangriento en una generación en Líbano y urgió a todas las partes a detener la violencia y proteger a la población civil.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) informó que decenas de miles, incluidos refugiados sirios previamente desplazados, han tenido que abandonar sus hogares, enfrentando condiciones extremas y heridas recientes. El volumen de tráfico en la frontera ha sido tal que muchas personas han llegado a pie, esperando bajo temperaturas descendentes.

La escalada de violencia entre Hezbolá e Israel ha causado, según datos del Ministerio de Sanidad libanés, al menos 558 muertos y 1835 heridos. Estos ataques suceden tras intercambios de fuego con comunidades israelíes y una serie de explosiones en Líbano.
En respuesta, la ONU y sus socios están proveyendo asistencia esencial en los pasos fronterizos y dentro de Siria, incluyendo alimentos, agua y alojamiento. Además, se requieren 170 millones de dólares para mantener los esfuerzos de ayuda. La situación exige una desescalada urgente para proteger a los civiles y cumplir con las obligaciones del derecho internacional humanitario.
25/9/2024