Unos 4.2 millones de venezolanos que residen en América Latina y el Caribe se encuentran en situaciones de extrema vulnerabilidad, lidiando con inseguridad alimentaria, acceso limitado a empleo formal y servicios básicos como atención médica y educación. A pesar de los esfuerzos de integración y apoyo humanitario proporcionados por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela, liderada por ACNUR y la OIM, las necesidades de este colectivo siguen siendo críticas, evidenciadas por una encuesta que abarcó más de 14,000 hogares en 17 países.

Los migrantes y refugiados venezolanos enfrentan dificultades adicionales debido a la falta de documentación legal y los altos costos asociados a los procesos de regularización migratoria. Esto les ha llevado a ocupar principalmente empleos informales, con condiciones laborales precarias y salarios insuficientes, lo que perpetúa su estado de vulnerabilidad. La situación se ve agravada por la discriminación y la xenofobia, especialmente en procesos de contratación y alquiler de viviendas.
La crisis socioeconómica, intensificada por la pandemia, ha incrementado las necesidades humanitarias de estos migrantes, quienes a menudo recurren a medidas desesperadas como la mendicidad o emprender viajes peligrosos en busca de mejores condiciones. A pesar de la urgencia de su situación, la financiación para el Plan de Respuesta Regional ha sido insuficiente, recibiendo solo un 13.3% de los fondos solicitados para 2024, lo que limita severamente la capacidad de proporcionar la asistencia necesaria.
11/9/2024