Durante su intervención en el Consejo de Seguridad, Joyce Msuya, coordinadora en funciones de la ONU para la Ayuda de Emergencia, destacó el deterioro continuo de la situación humanitaria en Ucrania. A más de dos años y medio del inicio de la guerra, el sufrimiento humano ha alcanzado niveles intolerables, con un aumento en el número de muertes y ataques sistemáticos contra infraestructuras civiles. La expansión de los combates hacia nuevas áreas está complicando aún más las operaciones humanitarias, afectando principalmente a los civiles con cortes prolongados de luz que restringen el acceso a servicios básicos como agua, calefacción e internet, y dificultan el funcionamiento de hospitales y centros de salud.

Varios hombres trabajan en un edificio de apartamentos dañado en un ataque en Poltava, ciudad del centro de Ucrania.
Msuya también resaltó la afectación de la escalada militar a ambos lados de la frontera entre Ucrania y Rusia, lo que ha llevado a evacuaciones masivas y víctimas civiles. En los primeros siete meses de 2024, aunque se proporcionó ayuda humanitaria a aproximadamente 6.2 millones de personas, la coordinadora advirtió que cerca de 1.5 millones de personas en regiones ocupadas por Rusia aún necesitan atención médica urgente y acceso a necesidades básicas como alimentos y agua potable.
Finalmente, la coordinadora hizo un llamado urgente a la comunidad internacional, especialmente en vista de la próxima Asamblea General, para que se intensifiquen los esfuerzos por facilitar la entrega segura y sin obstáculos de ayuda humanitaria y para trabajar hacia una solución que ponga fin al conflicto. Subrayó que proteger a los civiles y terminar la guerra es una cuestión de voluntad política, mientras la guerra sigue dejando a un 40% de la población ucraniana en necesidad de asistencia humanitaria.
11/9/2024