De acuerdo con la investigación realizada por la Campaña Cero Expulsión, más de un millón y medio, aproximadamente 900.000 de brasileños, fueron desalojados por la fuerza de sus hogares entre octubre de 2022 y julio de 2024, con un aumento del 70%. Esta situación agrava la crisis de la vivienda en la primera economía de América Latina.
Raquel Ludermir, responsable del área de abogacía en Habitat for Humanity Brazil, justifica este aumento con el fin de la moratoria sobre los desalojos de familias vulnerables durante el período de Covid, así como con el aumento del costo de vida posterior a la pandemia.

En este contexto, esta investigación revela que la crisis de la vivienda en Brasil está profundamente relacionada con cuestiones de clase social, género y raza. La gran mayoría de las personas afectadas son negras o mestizas (66,3%), son mujeres (62,6%) y ganan hasta el doble del salario mínimo (74,5%). Además de los conflictos de posesión y la construcción de grandes proyectos de infraestructura o de menor envergadura, supuestamente para beneficio de la población.

Con esto, tras su reelección, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva adoptó algunas medidas como la reactivación del programa «Minha Casa Minha Vida» (Mi casa, Mi vida), suspendido por su predecesor Jair Bolsonaro. Este mecanismo, creado en 2009, financia la construcción de nuevas viviendas para hacer frente a este importante desafío que se encuentra en el centro de las desigualdades brasileñas.
19/08/2024









