Este domingo entra en vigor la innovadora Ley de Restauración de la Naturaleza en la Unión Europea, marcando un hito como la primera normativa que exige a los países miembros no solo proteger, sino activamente restaurar los ecosistemas naturales, publica hoy el diario El Obrero. Este avance legislativo, que estuvo a punto de descarrilar durante su tramitación, refleja un esfuerzo significativo por parte de la UE para combatir el deterioro ambiental y fomentar la resiliencia frente al cambio climático.

La Comisión Europea ha descrito la implementación de esta ley como un «nuevo avance en el esfuerzo por revertir el deterioro de la naturaleza y lograr la neutralidad climática». El objetivo establecido es ambicioso: restaurar al menos el 20% de los ecosistemas degradados para 2030 y alcanzar la totalidad a mitad de siglo, incluyendo las tierras de cultivo.
Entre las medidas específicas que introduce la ley se incluyen la corrección del declive de polinizadores, la recuperación del 30% de las turberas drenadas para uso agrícola, la preservación de espacios verdes urbanos y la eliminación de barreras artificiales en los ríos europeos. Estas acciones están alineadas con los compromisos internacionales sobre biodiversidad de las Naciones Unidas, pero el proceso legislativo ha revelado tensiones ideológicas profundas sobre la agenda verde en Europa.
El texto legislativo se enfrentó a fuertes desacuerdos en el Parlamento Europeo, particularmente por parte del Partido Popular Europeo, y sufrió una negociación compleja que moderó algunas de sus metas iniciales. A pesar de estos desafíos, la normativa fue aprobada tras una dramática votación en la que Austria cambió de último momento al bando del «sí», asegurando el apoyo necesario para su adopción.
La postura de la ministra austriaca de Medioambiente, Leonore Gewessler, quien finalmente apoyó la ley, causó una fractura dentro del gobierno de coalición de su país, poniendo en evidencia las tensiones políticas internas que aún persisten alrededor de la legislación ambiental. Este cambio en el voto de Austria permitió que los países que respaldan la ley representaran el 66.07% de la población de la UE, apenas superando el umbral necesario para su aprobación.

La implementación de esta ley no solo es un testamento del compromiso europeo con el medio ambiente sino también un ejemplo de las complejidades políticas que envuelven la adopción de políticas ambientales más estrictas. Con la entrada en vigor de esta ley, la UE se posiciona como líder mundial en la lucha contra el deterioro ambiental y el cambio climático, estableciendo un precedente para que otras regiones sigan su ejemplo.
17/8/2024