El respaldo de China a la reelección de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela tras los recientes comicios es, según expertos, una manifestación clara de la intensa rivalidad entre China y Estados Unidos. Las elecciones, que dieron a Maduro un 51.2% de los votos según datos preliminares aún no completos, han generado controversia internacional, especialmente de EE. UU., que ha cuestionado la legitimidad del proceso electoral, según fuentes de este diario.

China, sin embargo, no tardó en felicitar a Maduro, reafirmando su apoyo y prometiendo seguir respaldando a Venezuela en la defensa de su soberanía y dignidad nacional. Este apoyo se inscribe en el marco de la rivalidad geopolítica con Estados Unidos, aprovechando la posición estratégica de Venezuela y su retórica antiestadounidense en América Latina.
Desde la llegada al poder de Hugo Chávez y continuando con Maduro, Venezuela ha profundizado lazos con China, especialmente en el intercambio de petróleo por préstamos. Este apoyo ha evolucionado desde la cooperación económica hasta convertirse en un firme respaldo político que busca estabilizar y legitimar el gobierno de Maduro a nivel internacional.
China ha sido uno de los primeros en reconocer los resultados electorales en 2013, 2018 y ahora en 2024, reforzando su postura con un llamado más asertivo y directo en comparación con otras ocasiones. La inversión china en Venezuela también ha sido significativa, incluyendo acuerdos recientes como el de la China National Petroleum Corporation para invertir en la Faja Petrolífera del Orinoco.
La relación estratégica entre ambos países se ha reforzado a nivel de gobiernos y localidades, con Venezuela respaldando a China en foros internacionales sobre cuestiones como Hong Kong, Xinjiang, Taiwán y el Mar del Sur de China. Esta alianza se ha fortalecido a pesar de las tensiones internas en Venezuela y las críticas de la prensa china a la interferencia de EE. UU. en los asuntos internos de la región.
En un contexto donde la prensa estatal china acusa a EE. UU. de intentar remodelar la política de América Latina, el apoyo de China a Maduro no solo se ve como un respaldo a un aliado, sino también como un desafío directo a la influencia estadounidense en lo que Washington considera su «patio trasero». 4/8/2024