La deforestación, los incendios y los cambios climáticos están causando una alteración significativa en el régimen hidrológico de los ríos en el Amazonas. Esta situación se ha intensificado en los últimos años, provocando inundaciones y sequías más severas con intervalos de tiempo más cortos. Un ejemplo de esto fue la sequía histórica de 2023, que causó la mayor caída en los niveles de los ríos jamás registrada. En el Río Negro, el nivel del agua en el puerto de Manaos llegó a 14,75 metros, el más bajo desde que se tienen registros desde 1902.
Jochen Shöngart, investigador del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazônia (INPA), señala que en las dos primeras décadas del siglo XXI se han registrado nueve eventos de inundaciones severas, igualando el número total de eventos registrados durante todo el siglo pasado. Shöngart también destacó que el aumento en la amplitud de las inundaciones y las bajantes ha variado en 1,6 metros, lo que provoca que los ríos se sequen antes de lo esperado o se inunden excesivamente, afectando tanto a las actividades económicas como a las poblaciones ribereñas.

Ayan Fleischmann, del Instituto de Desenvolvimento Sustentável Mamirauá, subraya que este incremento en el régimen de sequías y crecidas severas ha impactado especialmente a las áreas de várzeas. En los últimos años, el 23% de estas áreas en el bajo Amazonas ha visto aumentar la duración de los periodos de inundación en más de 50 días por año. Las sequías también han sido extremadamente severas, como la de 2023, cuando el Lago Tefé, en el Medio Solimões, se secó en un 75%, descendiendo casi 30 cm por día.
La sequía extrema de 2023 provocó la muerte de 209 botos en el Lago Tefé y en Coari debido a las altas temperaturas del agua, que alcanzaron los 39,1°C, causando la muerte de 70 botos en un solo día. Fleischmann enfatiza que encontrar tres carcasas de boto en pocos días ya es alarmante, y esta situación fue una catástrofe sin precedentes. Los estudios concluyeron que los animales murieron por hipertermia debido a las altas temperaturas, registrándose hasta 37°C en más de 25 lagos.
El investigador también menciona un contraste en el régimen de lluvias en el Amazonas, con más precipitaciones en el norte y menos en el sur. Esta diferencia se debe en parte a la mayor deforestación y la implementación de grandes proyectos como hidroeléctricas en el sur, mientras que el norte conserva más áreas boscosas. La disminución de árboles reduce la evapotranspiración, disminuyendo así las lluvias y aumentando la temperatura regional.
Existe una gran preocupación por la posible ocurrencia de una nueva sequía severa este año, dado que el régimen hidrológico ha sido inferior al esperado. El monitoreo del Servicio Geológico de Brasil muestra que entre mayo y junio gran parte de la cuenca del Amazonas experimentó lluvias por debajo de lo esperado, afectando especialmente a los afluentes Purus y Madeira, entre otros ríos importantes.
Frente a este escenario, Fleischmann insiste en la necesidad de invertir en acciones para mitigar el sufrimiento de las poblaciones locales. La sequía de 2023 aisló a miles de personas, dificultando su acceso a alimentos, medicamentos y agua potable. Propone la creación urgente de programas de acceso al agua, construcción de cisternas para captación de lluvia, excavación de pozos más profundos y distribución de kits de tratamiento de agua. También es crucial estudiar la vulnerabilidad de los acuíferos amazónicos a la contaminación para garantizar la seguridad del agua extraída.
12/07/2024