En los últimos cuatro días, el conflicto en Gaza ha intensificado drásticamente, con el bombardeo israelí de cuatro escuelas administradas por la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), las cuales servían como refugio para familias desplazadas. Estos ataques, que se han distribuido por las regiones norte, central y sur de Gaza, han dejado decenas de civiles muertos, incluidos muchos niños y mujeres, exacerbando una ya grave crisis humanitaria.
Philippe Lazzarini, jefe de la UNRWA, ha confirmado que dos tercios de las escuelas de la agencia en Gaza han sido afectadas desde el inicio del conflicto, con daños que van desde bombardeos directos hasta graves deterioros estructurales. Las fuerzas israelíes alegan estar atacando infraestructuras y elementos asociados con actividades terroristas, aunque estos ataques han coincidido con ubicaciones densamente pobladas por civiles desplazados.

La situación en Gaza continúa deteriorándose, con más de 1,9 millones de personas desplazadas internamente y una infraestructura civil, incluidas clínicas y hospitales, bajo constante amenaza. La violencia ha llevado también a un aumento de la desnutrición severa, el estrés y el miedo extremo entre las poblaciones afectadas, particularmente mujeres embarazadas y niños, quienes enfrentan riesgos elevados de explotación y violencia.
La comunidad internacional, incluidos organismos como el UNFPA, ha expresado profunda preocupación por la escalada del conflicto y la seguridad de los trabajadores humanitarios. El llamado a investigaciones independientes y la protección de la infraestructura civil son urgentes, buscando un alto al fuego que permita recuperar la estabilidad y ofrecer un futuro más seguro para los niños y familias afectadas por la guerra en Gaza.
10/7/2024