Desde el inicio del conflicto en Sudán, 10 millones de personas han sido forzadas a abandonar sus hogares, enfrentándose a un devastador combo de guerra e inundaciones. Muchos han tenido que desplazarse repetidamente en busca de seguridad, mientras otros quedan atrapados, incapaces de escapar de los desastres naturales y la violencia.
En un contexto de escalada de la guerra civil, la ciudad de Sinja, al sur de Jartum, ha visto cómo más de 55,000 personas huían recientemente, según informes del personal humanitario de la ONU. Ante esta situación, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha aumentado su solicitud de fondos de 1400 millones a 1500 millones de dólares, destinados a asistir a 3.3 millones de personas afectadas por la violencia y condiciones cercanas a la hambruna en los próximos seis meses.

Ewan Watson, jefe de Comunicación Global de ACNUR, ha destacado que además de enfrentarse a la hambruna, la población sufre violaciones graves de derechos humanos y se prevé que las peores inundaciones en años agraven aún más la crisis humanitaria.
La guerra en Sudán, que estalló hace 14 meses entre las Fuerzas Armadas Sudanesas (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), ha generado un flujo constante de personas que huyen de «la violencia brutal, los abusos y la muerte», según ACNUR. La agencia también reportó que recientes enfrentamientos en Sinja han provocado desplazamientos masivos y saqueos por parte de hombres armados.
Vanessa Hugenin, portavoz de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), informó que las personas desplazadas se están moviendo hacia el este, hacia Gedaref, donde los equipos humanitarios se preparan para su llegada con alimentos y suministros de nutrición suficientes.
A pesar de los esfuerzos, ACNUR ha recibido solo el 19% de los fondos necesarios, lo que ha obligado a recortar drásticamente las raciones de alimentos. En Chad, 180,000 nuevos refugiados esperan reubicación, mientras que en Egipto, casi 75,000 niños refugiados carecen de acceso a educación. Watson resaltó la solidaridad de los países vecinos, aunque los servicios de las comunidades de acogida están sobrepasados, complicando la capacidad de los refugiados para rehacer sus vidas. 3/7/2024