El Mediterráneo central ha sido escenario de un desgarrador naufragio, donde Médicos sin Fronteras (MSF) recuperó los cuerpos de 11 personas. En la misma operación, realizada por el barco Geobarents de MSF, 165 migrantes fueron rescatados con vida durante una intensa jornada de búsqueda y rescate que culminó con el barco navegando hacia Génova, un puerto asignado por las autoridades italianas a más de 650 millas náuticas de distancia.
Juan Matías Gil, de MSF, en comunicación con Radio Nacional, expresó el profundo impacto de la situación: “Después de nueve horas de búsqueda, logramos rescatar 11 cuerpos que ahora se encuentran en la morgue de nuestro buque”. MSF ha denunciado repetidamente las consecuencias de las políticas europeas de migración, calificándolas de devastadoras y señalando la falta de apoyo a las personas que se aventuran por la peligrosa ruta del Mediterráneo central en busca de seguridad en Europa.

El viernes por la mañana, tras dos rescates exitosos, el Geo Barents fue alertado por la ONG Sea-Watch sobre varios cuerpos a la deriva en el mar, lo que llevó a una operación de búsqueda que también resultó en el rescate seguro de otras 20 personas. La tragedia de los once fallecidos subraya la desesperación de quienes buscan seguridad y la necesidad urgente de rutas legales y seguras para la migración, como insisten desde MSF. Este trágico evento se suma al contexto más amplio de la política de «Puertos lejanos» del gobierno italiano, que exige a los barcos de rescate realizar largos viajes hasta puertos asignados, retrasando las operaciones de rescate y poniendo más vidas en riesgo en el Mediterráneo central, una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo. 8/7/2024