En el debate televisado ayer noche por RTVE reunió a los candidatos de las nueve formaciones con representación en el Parlamento Europeo, los temas de la relación de España con Israel y la política de inmigración dominaron las discusiones, dejando un claro vacío de propuestas concretas. El evento, que tuvo lugar en un formato plurilingüe complicado ocasionalmente por la traducción simultánea, no generó nuevas iniciativas de ninguno de los partidos.
Participaron en el debate Teresa Ribera del PSOE, Dolors Montserrat del PP, Jordi Cañas de Ciudadanos, Jorge Buxadé de Vox, Estrella Galán de Sumar, Diana Riba de ERC por Ahora Repúblicas, Irene Montero de Podemos, Oihane Agirregoitia del PNV, y Aleix Sarri de Junts, en sustitución de Tomi Comín que sigue en Francia.

La discusión más acalorada giró en torno a la guerra en Gaza y la inmigración, temas que desataron un intenso intercambio de acusaciones entre los candidatos. Irene Montero, quien se presentó llevando un kufiya en solidaridad con Palestina, intentó presionar a la vicepresidenta Teresa Ribera para que etiquetara al primer ministro israelí Benjamin Netanyahu como genocida, una pregunta a la que Ribera se negó a responder, destacando la tensión sobre la política exterior de España.
Dolors Montserrat intentó sin éxito desviar la atención hacia la citación judicial de Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, implicada en un caso de tráfico de influencias. Esta maniobra no consiguió captar el interés sostenido durante el debate, que duró más de dos horas.
Los enfrentamientos personales también marcaron la jornada, destacándose el choque entre Montero y Buxadé. Montero calificó a Buxadé de «fascista» y criticó los orígenes de financiación de Vox. Además, Montero se enfrentó a Jordi Cañas en un intercambio donde lo acusó de «mansplaining», después de que él le pidiera mencionar a Vladimir Putin al discutir la guerra. La actitud racista y en contra de los inmigrantes “que son siempre los mismos” apuntó la líder del PP, marca toda la política de los grupos de derecha, VOX y PP:
Dicho tema de la migración proporcionó otro punto de fricción, con Buxadé siendo el foco de las críticas por parte de la izquierda, especialmente de Montero, quien lo llamó «racista». En respuesta, Buxadé contraatacó acusando a Montero de facilitar la liberación de violadores, ilustrando la división profunda en políticas de inmigración.
En cuanto a política lingüística, los partidos nacionalistas como el PNV y ERC defendieron la oficialidad de las lenguas cooficiales de España en la Unión Europea, mostrando una rara unidad entre los partidos regionales en temas de representación cultural.
El debate por tanto, reveló profundas divisiones entre los partidos españoles en temas críticos como la política exterior, inmigración y políticas de transición ecológica, pero no ofreció nuevas soluciones o propuestas que los votantes pudieran evaluar de cara a las próximas elecciones europeas.
7/6/2024