Según un nuevo informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), cerca de 181 millones de niños en todo el mundo enfrentan serias dificultades para acceder a dietas nutritivas y balanceadas. Este alarmante nivel de pobreza alimentaria infantil es impulsado por una combinación de inflación, desigualdad, conflictos y crisis climáticas.
El informe, revelado el jueves, subraya cómo los precios elevados de los alimentos y el alto costo de vida—exacerbados por los residuos de la pandemia de COVID-19—están empujando a millones de niños a una nutrición deficiente. Harriet Torlesse, especialista en nutrición de UNICEF, ilustró la gravedad de la situación señalando que uno de cada cuatro niños a nivel mundial subsiste con dietas extremadamente limitadas, a menudo consistiendo en no más de dos grupos alimenticios al día.

«Para un niño en Afganistán, por ejemplo, esto podría significar apenas un poco de pan o leche en todo el día, y casi con certeza nada de verduras, frutas o fuentes adecuadas de proteínas», explicó Torlesse. Este tipo de dieta es insuficiente para el desarrollo saludable de un niño, poniendo en riesgo su supervivencia y crecimiento.
El informe también destaca que la mayoría de los niños afectados por esta crisis se encuentran en Asia Meridional y África Subsahariana, con 64 millones y 59 millones de niños afectados, respectivamente. Además, casi la mitad de estos casos están vinculados a hogares donde prevalece la pobreza de ingresos.
Conflictos y desastres naturales han exacerbado la situación en lugares como Somalia, donde más de la mitad de los niños sufren de pobreza alimentaria, y la Franja de Gaza, donde la proporción alcanza al 90% de los niños durante los períodos de combate activo.
Sin embargo, hay destellos de esperanza como en Burkina Faso, que ha logrado reducir a la mitad su número de niños que sufren de pobreza alimentaria infantil mediante esfuerzos deliberados para mejorar la disponibilidad de alimentos nutritivos locales.
UNICEF hace un llamado urgente a los gobiernos y aliados para que tomen medidas decisivas para hacer que los alimentos nutritivos sean más accesibles para los niños pequeños y activar sistemas de protección social y de salud que mitiguen la pobreza de ingresos y mejoren las prácticas de nutrición infantil.
«Debemos hacer de la eliminación de la pobreza alimentaria infantil un imperativo político, especialmente si queremos alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con la desnutrición», concluyó Torlesse. «Conocemos las soluciones y sabemos qué funciona. No hay excusas para que los niños sigan creciendo en esta condición».
6/6/2024