El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, se encaminaba el domingo a una victoria en su candidatura a la reelección, gracias al apoyo de los votantes a su mano dura hacia los migrantes procedentes de la vecina Haití, a su campaña anticorrupción y a su gestión de una de las economías más sólidas de América Latina. Abinader, quien ha ganado las elecciones según recoge The New York Time o El Obrero, un ex ejecutivo de la industria del turismo, obtuvo el 59 por ciento de los votos frente al 27 por ciento de su rival más próximo, Leonel Fernández, quien ha sido presidente en tres ocasiones, y al 11 por ciento de Abel Martínez, un alcalde, con el 21,5 de los votos contados, según la autoridad electoral nacional de República Dominicana.
Tanto Fernández como Martínez llamaron a Abinader la noche del domingo para reconocer la derrota y felicitarlo, a pesar de la falta de resultados oficiales completos, que se espera estén disponibles en los próximos días. En su discurso de victoria, Abinader agradeció a sus rivales y a quienes votaron por él. “Asumo la confianza recibida”, dijo Abinader. “No les fallaré”.

Las elecciones mostraron cómo un líder político podría convertir los temores alrededor de la migración a su favor. Este año, República Dominicana está deportando decenas de miles de personas de Haití —a pesar de las peticiones de las Naciones Unidas de que no lo hagan— mientras los migrantes huyen de una anarquía impulsada por bandas criminales. Abinader está incluso aplicando medidas adicionales, como la construcción de un muro fronterizo entre las dos naciones que comparten la isla caribeña La Española. “Él se ha puesto los pantalones contra eso”, dijo Robert Luna, un votante en Santo Domingo que trabaja en mercadeo, refiriéndose a las políticas migratorias de Abinader. “Ha luchado porque tengamos un país”, aseguró, “como los padres de la patria quisieron”.
La probable victoria de Abinader en la primera vuelta también deja en evidencia cómo República Dominicana, con una de las economías más sólidas de América Latina, se diferencia de otros países de la región, donde muchos líderes que llegaron al poder en el mismo periodo que Abinader tienen índices de aprobación sombríos. “Estas sin duda no son unas elecciones de ‘cambio’, como lo han sido muchas otras en América Latina recientemente”, dijo Michael Shifter, miembro de Diálogo Interamericano, una organización de investigación con sede en Washington.
Gran parte del apoyo a Abinader proviene de sus iniciativas anticorrupción. Ganó su primer mandato en 2020 tras prometer erradicar la corrupción arraigada desde hace mucho tiempo en la cultura política de República Dominicana, un país de 11,2 millones de habitantes. Abinader nombró a Miriam Germán, una exjueza de la Suprema Corte de Justicia, como procuradora general. Germán ha liderado investigaciones que involucran a funcionarios de alto rango del gobierno anterior, incluidos un exprocurador general y un exministro de Hacienda.
Las investigaciones se han enfocado en gran medida en rivales de Abinader, lo que ha provocado críticas de que no ha incluido a su propio gobierno en las averiguaciones. Pero otras medidas, como la promulgación en 2022 de una ley sobre confiscación de activos, ofrecen esperanzas de un cambio duradero. La ley de confiscación se considera una herramienta importante y pionera para desarticular y desmantelar empresas criminales, privándolas de bienes adquiridos de forma ilegal.
Rosario Espinal, analista política dominicana, afirmó que Abinader podría haber ganado la reelección simplemente enfocándose en la batalla contra la corrupción, así como lo hizo en 2020, “pero no iba a ser con los márgenes que él quiere”. En cambio, dijo Espinal, Abinader aceptó con beneplácito las políticas nativistas migratorias que tradicionalmente son impulsadas por la extrema derecha dominicana. “Necesitaba encontrar un tema nuevo que convocara a toda la sociedad”, afirmó Espinal. “Y eso él lo encontró en el tema migratorio”.
La explotación de las actitudes antihaitianas no es nada nuevo en República Dominicana. Rafael Trujillo, el dictador xenofóbico que lideró el país de 1930 a 1961, institucionalizó una campaña que mostraba a los haitianos como racialmente inferiores y, en 1937, ordenó la masacre de miles de haitianos y de dominicanos de ascendencia haitiana. Casi todos los demás países de la región ofrecen la nacionalidad por nacimiento. Pero una enmienda constitucional de 2010 y un fallo judicial de 2013 excluyeron de la ciudadanía a los hijos nacidos en República Dominicana de migrantes indocumentados. En términos prácticos, eso se traduce en que cerca de 130.000 descendientes de migrantes haitianos están viviendo en República Dominicana sin tener la nacionalidad a pesar de haber nacido allí, según organizaciones de defensa de los derechos migrantes.
En su discurso tras confirmarse su victoria en las elecciones a la Presidencia, Abinader afirmó que el pueblo “quiere seguir profundizando el cambio” y destacó que él asume la confianza depositada y no le fallará a los ciudadanos de su país. “Este optimismo no nos nublará la esperanza ni haremos caso omiso a los obstáculos. En la República Dominicana lo mejor está por venir”, agregó Abinader, flanqueado por la también reelegida vicepresidenta Raquel Peña, y por su esposa, la primera dama Raquel Arbaje.
Aseguró que con la celebración de las elecciones presidenciales y legislativas, República Dominicana ha dado una imagen ejemplar al mundo de que es un país de profundas convicciones democráticas. “No sobra nadie”, enfatizó Abinader, “todos somos necesarios, por encima de todos está la República Dominicana y tengo la convicción de que lo que nos une es mucho más de lo que nos separa”.
Con el 25,52 por ciento de los votos contados, Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), tenía el 58,87 por ciento de los sufragios, más del doble que el 27,25 por ciento del expresidente Leonel Fernández, de la progresista Fuerza del Pueblo. Abel Martínez, expresidente de la Cámara de Diputados, ocupa la tercera posición con el 10,60 por ciento de los sufragios.
Abinader concluyó su discurso reiterando su compromiso con el progreso y el desarrollo del país: “Tenemos que seguir la línea de progreso y desarrollo que hemos emprendido desde que llegamos al poder hace cuatro años. Hemos hecho un Gobierno de progreso con inclusión y de justicia con independencia”.
20/5/2024