Los camiones que transportan ayuda a la Franja de Gaza han comenzado a desembarcar en el dique flotante provisional construido por el Ejército de Estados Unidos. Sin embargo, esto no es suficiente para satisfacer las necesidades de la población civil, declaró el viernes la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
Las rutas terrestres son la prioridad, ya que son la forma más rápida y eficaz de suministrar ayuda humanitaria en el enclave asediado. Más de dos millones de palestinos necesitan desesperadamente alimentos, refugio y otro tipo de asistencia. «Toda la ayuda que llegue a Gaza es bienvenida por cualquier ruta», declaró el portavoz Jens Laerke a la prensa en Ginebra. «Pero, es una adición, y no quita el hecho de que los cruces terrestres serán más importantes».

El Mando Central del Ejército estadounidense anunció que los camiones empezaron a rodar aproximadamente a las 9:00 de la mañana, hora local, del viernes, y que ninguna tropa desembarcó. El muelle flotante fue anclado en una playa de Gaza el día anterior. Con la mayoría de los pasos fronterizos hacia el enclave cerrados o inseguros, proporcionará una vía adicional para la entrega de ayuda al enclave asediado.
Las Naciones Unidas acogen con satisfacción cualquier esfuerzo encaminado a garantizar que la ayuda llegue a la Franja de Gaza, declaró el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, en Nueva York el viernes. «Estamos agradecidos a Estados Unidos, así como a Chipre, con el apoyo de otros Estados miembros, por mantener el corredor marítimo como una ruta adicional para la ayuda a Gaza», dijo.
Explicó que, tras meses de conversaciones con todas las autoridades pertinentes, la ONU ha acordado apoyar la recepción y organización del envío de ayuda a Gaza desde el dique flotante, siempre que respete la neutralidad e independencia de las operaciones humanitarias.
Laerke dijo que las agencias de la ONU están ultimando sus planes de preparación para manejar la ayuda una vez que el dique flotante funcione correctamente, teniendo en cuenta la necesidad de garantizar la seguridad del personal. «La concienciación y aceptación de la comunidad es primordial para garantizar la seguridad de esta operación», insistió, antes de añadir: “Sin embargo, hacer llegar la ayuda a las personas necesitadas dentro y fuera de Gaza no puede ni debe depender de un dique flotante alejado de donde las necesidades son más acuciantes. Las rutas terrestres son el método de entrega de ayuda más viable, efectivo y eficiente, por lo que necesitamos que se abran todos los pasos fronterizos”.
Actualizando la situación en Rafah, la OCHA informó de que casi 640.000 personas han sido desplazadas de la zona desde que comenzó la ofensiva militar israelí. Muchos han huido a la superpoblada gobernación de Deir al Balah, en el centro de la Franja, donde las condiciones son terribles. La continua afluencia de desplazados allí y en Jan Yunis sigue poniendo a prueba la respuesta humanitaria, que ya está desbordada.
Según la OCHA, los equipos que trabajan en la distribución de alimentos a la población de la Franja Gaza informan de que sólo quedan cinco panaderías operativas en todo el enclave: cuatro en la ciudad de Gaza y una en Deir al Balah. Casi una docena más han dejado de funcionar debido a la escasez de combustible y suministros, en medio de las continuas hostilidades. Como consecuencia, los socios humanitarios se han visto obligados a realizar distribuciones a pequeña escala con existencias limitadas, proporcionando raciones reducidas y dando prioridad a Jan Yunis y Deir al Balah.
El desplazamiento en curso de Rafah a Jan Yunis ha agravado la crisis de agua y saneamiento, con el desbordamiento de las aguas residuales y los residuos sólidos que se extienden por las carreteras, los campos de desplazados y los escombros de las casas destruidas, con un impacto catastrófico en la salud. «Nuestros colegas que trabajan para garantizar que la población de Gaza disponga de refugios adecuados afirman que no quedan reservas de materiales para refugios dentro de Gaza”, declaró la OCHA.
Mientras tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) subrayó que el mayor problema ahora es el combustible. El portavoz Tarik Jašarević informó de que sólo 13 de los 36 hospitales de Gaza funcionan ahora parcialmente, y subrayó que se necesita combustible para la electricidad y para hacer funcionar los generadores. Indicó que los socios sanitarios necesitan entre 1,4 y 1,8 millones de litros mensuales para que los hospitales puedan funcionar, pero desde el cierre de la frontera sólo han entrado en Gaza 159.000 litros, «y eso es claramente insuficiente».
18/5/2024