Un ataque masivo con drones ucranianos en Crimea este viernes ha provocado cortes de energía en la ciudad de Sebastopol e incendiado una refinería en el sur de Rusia, según han informado las autoridades rusas. Este ataque, que Kiev no ha reconocido, se interpreta como un contraataque en medio de la intensa ofensiva de Moscú en el noreste de Ucrania, donde las fuerzas ucranianas, superadas en número y armamento, esperan las entregas de armas y municiones de sus aliados occidentales.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó que sus defensas aéreas derribaron 51 drones ucranianos sobre Crimea y otros 44 sobre la región de Krasnodar, además de seis sobre la región de Bélgorod. Asimismo, se reportó que aviones de combate y lanchas patrulleras rusas destruyeron seis drones marinos en el mar Negro.
Mientras tanto, en el frente nororiental de Ucrania, en la región de Járkov, las tropas ucranianas luchan para detener los avances rusos que comenzaron a finales de la semana pasada. La ciudad de Vovchansk, ubicada a sólo 5 kilómetros de la frontera rusa, ha sido un punto álgido de los combates recientes, obligando a la evacuación de unos 8.000 civiles. La táctica habitual del ejército ruso ha sido reducir ciudades y pueblos a ruinas mediante ataques aéreos antes de que sus unidades entren.
Además, Rusia ha estado probando las defensas ucranianas en otros puntos a lo largo de la línea del frente, que se extiende aproximadamente 1.000 kilómetros de norte a sur a través del este de Ucrania. Esta línea apenas ha cambiado en los últimos 18 meses, convirtiéndose en una guerra de desgaste. Recientemente, Rusia ha lanzado ataques en la región oriental de Donetsk, así como en las regiones de Chernihiv y Sumy en el norte, y en la región meridional de Zaporiyia, con el objetivo aparente de aprovecharse de los mermados recursos ucranianos y explotar las debilidades.
17/05/2024