La crisis humanitaria en Yemen se agrava con el avance del cólera, sumando otro desafío a las ya extenuantes condiciones que enfrenta la nación después de casi una década de conflicto. Martin Griffiths, director de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), destacó la grave situación durante una reciente sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, subrayando la creciente necesidad de intensificar los esfuerzos de paz.
El conflicto ha dejado una marca indeleble en Yemen, devastando su economía, destruyendo aproximadamente la mitad de las instalaciones sanitarias del país y desplazando a millones de personas. Estas condiciones han dejado a la población extremadamente vulnerable al hambre y las enfermedades. La reciente escalada de casos de cólera, con más de 40,000 personas afectadas, ha exacerbado la ya crítica situación sanitaria, especialmente en las áreas bajo control hutí, donde se reportan cientos de nuevos casos diariamente.

Las inminentes lluvias e inundaciones amenazan con agravar aún más la situación, lo que podría complicar la ya difícil tarea de proporcionar ayuda humanitaria y llevar a cabo esfuerzos de recuperación. A pesar de estos desafíos, ha habido algunos avances hacia la paz. El pasado diciembre, el gobierno y Ansar Allah acordaron un alto el fuego nacional y compromisos para asegurar la ayuda humanitaria y comenzar un proceso político inclusivo con el objetivo de poner fin al conflicto de manera sostenible.
Sin embargo, estos esfuerzos se ven constantemente amenazados por la inestabilidad regional y global, incluida la guerra en Gaza y las tensiones en el Mar Rojo. El enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, ha expresado su preocupación por las recientes declaraciones de Ansar Allah sobre la expansión de sus ataques en el Mar Rojo, lo que considera una provocación en un contexto ya de por sí volátil. Estas acciones podrían perturbar el comercio mundial y descarrilar los esfuerzos de paz en Yemen.
Griffiths ha hecho un llamado urgente a la comunidad internacional para incrementar su apoyo y poner fin a las medidas económicas que han agravado la crisis. También ha instado a las partes en conflicto a reducir las tensiones y facilitar la reanudación de las exportaciones de petróleo, esencial para estabilizar la economía y mejorar los servicios públicos.
Con su mandato acercándose a su fin, Griffiths ha reflexionado sobre la importancia de Yemen en su carrera y ha reiterado la necesidad de proteger a los civiles y avanzar hacia una paz duradera. El pueblo de Yemen merece un respiro después de casi una década de conflictos devastadores, y la comunidad internacional debe actuar decididamente para ayudar a restaurar la estabilidad y la paz en la región.
13/5/2024