Según informe de Naciones Unidas, el hambre aguda continúa afectando a millones de personas en todo el mundo, con más de 280 millones en 59 países y territorios durante 2023, según el último Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias. Este año marca el quinto consecutivo de deterioro en la seguridad alimentaria, con alertas particulares sobre el riesgo de hambruna en Gaza y Sudán. América Latina no es ajena a este flagelo, con cerca de 20 millones de personas en nueve países experimentando altos niveles de inseguridad alimentaria.
El informe, una colaboración entre la FAO, el Programa Mundial de Alimentos y UNICEF, señala que el porcentaje global de personas en situación de inseguridad alimentaria peligrosa disminuyó ligeramente en 2023 en comparación con 2022, aunque la situación ha empeorado significativamente desde la pandemia de COVID-19. A finales de 2019, una de cada seis personas en 55 países estaba afectada, cifra que aumentó a una de cada cinco apenas un año después.

El estudio identifica los principales desencadenantes de las crisis de hambre: conflictos armados, eventos climáticos extremos y shocks económicos. Estos factores han empujado a millones hacia una mayor vulnerabilidad, con las mujeres y los niños entre los más afectados. Más de 36 millones de niños menores de cinco años están gravemente desnutridos en 32 países, una situación que ha empeorado especialmente entre las personas desplazadas por conflictos y desastres.
En términos de riesgos inmediatos de hambruna, Gaza y Sudán son de especial preocupación. En Gaza, después de casi siete meses de bombardeos, la situación es crítica, con muchas personas incapaces de satisfacer incluso las necesidades alimentarias más básicas. Se estima que el 30% de los niños menores de dos años en Gaza sufren de desnutrición aguda, y el 70% de la población del norte enfrenta hambre catastrófica.
Sudán, por su parte, tiene el mayor número de personas enfrentando inseguridad alimentaria aguda en África, con 20.3 millones de personas, o el 42% de su población, sin acceso a suficiente comida para una nutrición mínima en 2023. Esto se debe al estallido de conflictos que han devastado la infraestructura y la economía del país. El informe urge permitir inmediatamente la entrada de ayuda humanitaria para evitar un deterioro mayor de la situación.
En América Latina, fenómenos meteorológicos extremos, junto con la reducción de oportunidades de ingreso y el aumento de precios de alimentos, han exacerbado la inseguridad alimentaria. En Haití, la violencia de las pandillas ha trastocado gravemente la economía, creando una de las situaciones más críticas de la región. Mientras tanto, se prevé una mejora en la situación alimentaria en la República Dominicana y Guatemala para 2024, gracias a una mayor disponibilidad de alimentos y un aumento en el poder adquisitivo de las familias.
24/4/2024