Los movimientos de Marruecos hacia el Golfo Árabe y la organización «CEDEAO» para los países de África Occidental han motivado a Argelia para contrarrestar los movimientos marroquíes.
De ahí nace el controvertido proyecto argelino lanzado el 3 de marzo en Argel, enfocado hacia la creación de un «Magreb» sin Marruecos. Abdelmadjid Tebboune, presidente de Argelia, mencionó en una entrevista concedida a medios locales el pasado fin de semana que el deseo de que este espacio iniciado por su país sirva como marco donde los países de la región puedan expresar una voz común. Aclaró que este bloque no está dirigido contra ningún otro país y que la puerta está abierta a todos los países de la región para unirse, enfatizando que es inaceptable excluir a una parte.

Tebboune afirmó que los vecinos occidentales (en referencia a Marruecos) son libres de unirse a la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), justificando así la exclusión de Rabat de su nuevo «proyecto». De hecho, en 2017, Marruecos había presentado una solicitud de adhesión a la CEDEAO, mientras que Túnez también había buscado fortalecer sus lazos con otros socios africanos al unirse al Mercado Común de África Oriental y Austral (COMESA) en julio de 2018.
Las declaraciones contradictorias de Tebboune son relevantes a la hora de proporcionar justificaciones para planificar un proyecto magrebí alternativo «sin perspectivas», lo que convierte al propósito de inventar un nuevo bloque magrebí en «excluyente», siempre y cuando Rabat no haya recibido una invitación o notificación al respecto. Mauritania, invitada a participar, se negó a unirse al proyecto. Nuakchot ha adoptado «neutralidad» y prefirió distanciarse de la crisis entre los dos países.
Destacado proyecto marroquí
Marruecos tiene una prometedora perspectiva regional e internacional en el frente atlántico, y Argelia debe buscar sus intereses y los de aquellos que influyen en sus decisiones, en una integración regional truncada que saca al norte de África de su estancamiento vergonzoso. Marruecos tiene su nueva oportunidad atlántica con la reestructuración integral que experimenta la región de África Occidental, y proyectos energéticos tanto renovables como fósiles, como hidrógeno, energía eólica y solar, y un gasoducto que, de realizarse, podría fortalecer la integración y la atracción de esta esquina de un continente prometedor.
Los elogios internacionales y la adhesión de varios países a la iniciativa del Rey Mohammed VI para la fachada atlántica reflejan grandes diferencias entre las justificaciones y objetivos de la iniciativa para el desarrollo del Atlántico como un nuevo proyecto destinado a mejorar la situación de seguridad y económica de los países del Sáhara y el Sahel, y los planes argelinos, que buscan marginar a Marruecos y crear un bloque que se utilice como herramienta para fines políticos contra los intereses territoriales del Reino.