El secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, condenó el ataque perpetrado el sábado contra los cascos azules en el este de la República Democrática del Congo (RDC).

Ocho cascos azules de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO) resultaron heridos durante los enfrentamientos contra el Movimiento 23 de marzo y las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) en la región de Sake, a 20 kilómetros de Goma, la capital provincial de Kivu del Norte, según afirmó el portavoz de la ONU en un comunicado.
Los cascos azules heridos fueron desplegados en el marco de la Operación Springbok, lanzada en noviembre para proteger a los civiles en la región, recuerda la misma fuente.
El jefe de la ONU recordó que los ataques contra las fuerzas de paz de las Naciones Unidas pueden constituir crímenes de guerra según el derecho internacional.
Reiterando su llamado a todos los grupos armados congoleños y extranjeros a deponer las armas inmediatamente y comenzar sin demora el proceso de desarme, Guterres pidió al M23 “que se retire completamente de todas las zonas ocupadas y respete las decisiones establecidas en el comunicado de Luanda del 23 de noviembre de 2022”.
«La soberanía y la integridad territorial de la República Democrática del Congo deben ser plenamente respetadas», subrayó.