El presidente francés, Emmanuel Macron, llegaba la mañana de ayer, sábado, en un clima de tensión al Salón de la Agricultura de París, donde decenas de manifestantes, militantes de los sindicatos FNSEA, Jóvenes Agricultores y Coordinación Rural, habían forzado previamente una puerta para entrar en el recinto. La intensidad de los enfrentamientos con los protestantes llevó al uso de gas lacrimógeno dentro del lugar, por parte del servicio de Seguridad para disuadir a la multitud.

En este sentido, el jefe de Estado llegó alrededor de las 8h local (07:00 GMT) al Salón para reunirse con los sindicatos del sector. No obstante, antes de comenzar con los puntos del día, se vio obligado a llamar a la calma: «No vamos a resolver esta crisis agrícola en unas pocas horas. El Salón de la Agricultura es un momento importante para nuestros agricultores. Es necesario que este salón transcurra bien y en calma para la agricultura francesa», declaraba.
Llegadas las 10h, el recinto seguía sin abrir de manera oficial sus puertas, mientras se escuchaba a los manifestantes corear «Macron dimisión». Así pues, durante su intervención, ante la ira agrícola, el presidente anunció una serie de medidas para abordar tres objetivos: garantizar la soberanía agrícola, proteger los suelos y hacer frente al «desafío» de la renovación generacional. Para ello, anunció la implementación de un indicador del costo de producción de cada sector «que debe servir como precio mínimo» para garantizar un ingreso digno a los agricultores.
Además, también ha confirmado que, en tres semanas, se organizará una reunión en el Elíseo con «todas las organizaciones sindicales» con el fin de intentar responder a sus solicitudes.
25-02-2024