
La situación hídrica en Marruecos desde 2018 es alarmante, según el ministro de Equipamiento y Agua, Nizar Baraka, quien atribuye esto a los cambios climáticos y su impacto en el almacenamiento de los embalses y, por lo tanto, en la seguridad del suministro de agua potable. Ante la sequía exacerbada por los cambios climáticos, el Ministro indicó en una entrevista que Marruecos está recurriendo cada vez más a fuentes de agua no convencionales y al trasvase de agua entre cuencas, según indicó el funcionario.
Las soluciones implementadas incluyen el uso de fuentes de agua no convencionales, como el desalinización del agua de mar y la reutilización de aguas residuales tratadas. También implican el trasvase de agua entre cuencas y proyectos para gestionar la demanda de agua, complementando las soluciones tradicionales de aumento de la oferta de agua.
La interconexión entre cuencas implica el trasvase de agua de regiones excedentarias a regiones con escasez, para diversos usos como consumo humano, industrial e irrigación. Actualmente, Marruecos cuenta con 17 infraestructuras de trasvase de agua y tiene planeados otros proyectos similares.
Estas soluciones están integradas en el Programa Nacional para el Abastecimiento de Agua Potable y Riego (PNAEPI) 2020-2027, que busca acelerar las inversiones en el sector del agua. Además, se están llevando a cabo proyectos adicionales de interconexión de sistemas hidráulicos, perforación de pozos, adquisición de equipos y camiones cisterna.
La implementación de estos proyectos ha permitido asegurar el suministro de agua potable en tiempos de sequía y proporcionar agua para riego según los recursos disponibles. Estos proyectos, junto con otros planes de gestión de recursos hídricos, buscan asegurar el suministro de agua a medio y largo plazo.
El déficit de lluvias y el bajo nivel de los embalses han sido tema de discusión en reuniones presididas por el rey Mohammed VI. El plan de acción urgente contempla medidas como la optimización de recursos hídricos, la realización de obras de infraestructura y, donde sea necesario, restricciones en el uso del agua para riego.
Se acelerarán los proyectos con impacto a medio plazo, como la construcción de embalses, la interconexión de cuencas y programas de desalinización y reutilización de aguas residuales, así como iniciativas para promover el uso eficiente del agua en redes de distribución.
16-02-2024