
Durante casi diez días, la ira ha ido en aumento en la comunidad agrícola francesa, a pesar de las recientes declaraciones del primer ministro Gabriel Attal. Los agricultores exigen medidas concretas para mejorar sus ingresos, destacando su angustia ante políticas públicas consideradas insuficientes.
El pasado 26 de enero, Gabriel Attal anunció diez medidas para simplificar los trámites administrativos en respuesta a una angustia agrícola que no disminuye. Estas medidas incluyen una reducción de la fiscalidad sobre el gasóleo no vial (GNR), una aceleración de los pagos de la Política Agrícola Común (PAC) y un pago rápido de las indemnizaciones relacionadas con las recientes tormentas e inundaciones.
A pesar de estos anuncios, los agricultores consideran que las normas y la burocracia que obstaculizan su vida diaria deben ser abolidas para favorecer la producción alimentaria.
Aunque el primer ministro francés afirmó haber escuchado y comprendido las preocupaciones de los agricultores, la movilización persiste. La Federación Departamental de Sindicatos de Agricultores (FDSEA) y los Jóvenes Agricultores de Île-de-France anunciaron el bloqueo de París, estableciendo bloqueos de carreteras para concienciar a la población sobre su causa. Rémi Dumas, vicepresidente de los Jóvenes Agricultores, destaca en BFM TV que después de los discursos tranquilizadores del gobierno, es hora de pasar a acciones concretas.
Las demandas se centran principalmente en el poder adquisitivo de los agricultores. La FDSEA y los Jóvenes Agricultores piden respuestas inmediatas, especialmente en lo que respecta a la remuneración y al respeto de las leyes Egalim. También exigen pagos rápidos de las ayudas de la PAC y medidas de emergencia para los sectores en crisis. A pesar de los anuncios del primer ministro sobre sanciones contra las empresas que no respetan las leyes Egalim, los agricultores consideran que esto no es suficiente para garantizar precios remunerativos a corto plazo.
La reducción de la fiscalidad sobre el GNR se considera un primer avance, pero los agricultores movilizados consideran que son necesarios cambios más profundos. Piden una visión clara para la agricultura con precios competitivos para atraer a la juventud a este sector.
Los sindicatos agrícolas, especialmente la Confederación Campesina, exigen un ingreso digno para todos los agricultores. Solicitan la prohibición de los precios agrícolas por debajo del costo de producción, el fin de las negociaciones de acuerdos de libre comercio y la garantía de precios mínimos para los productos agrícolas.
Los sindicatos también demandan simplificaciones administrativas y la eliminación de las «sobretransposiciones» de las directivas europeas, destacando las preocupaciones relacionadas con el «Green Deal» europeo. Abogan por dar prioridad a la soberanía alimentaria, señalando que la producción francesa disminuye frente a una competencia desleal.
Ante estas demandas, agricultores del Lot-et-Garonne han iniciado un viaje hacia el mercado de Rungis, con la intención de bloquearlo para llamar la atención sobre el impacto de la ausencia de agricultura en Francia. Las autoridades han respondido desplegando fuerzas del orden y vehículos blindados de la gendarmería.
A pesar de las tensiones, el gobierno promete tomar medidas contundentes para asegurar la soberanía alimentaria del país para mediados de febrero.
Por: Soufiane Ben Lazaar
29-01-2024