En África occidental, surge una intensa polémica en torno al medicamento denominado «Kush», el cual está vinculado a la muerte de al menos 10 personas semanalmente y deja a miles heridos debido a sus efectos destructivos.
De acuerdo con la información compartida por el portal «Science Alert», este nuevo fármaco, consumido principalmente por hombres de 18 a 25 años, transforma a los usuarios en lo que se describe como «zombis». La droga provoca episodios en los que las personas se duermen mientras caminan, caen, sufren golpes en la cabeza contra superficies duras o incluso transitan peligrosamente por el tráfico.

Kush se compone de una mezcla de cannabis, fentanilo, tramadol y formaldehído, a los cuales se añaden huesos humanos molidos. Según testimonios citados por el sitio web, los ladrones de tumbas obtienen estos huesos de los cuerpos de los fallecidos, destacando su uso debido al alto nivel de azufre en los huesos, que se considera una sustancia psicoactiva potente. Algunos informes sugieren que los huesos podrían contener residuos de drogas, especialmente si pertenecían a consumidores anteriores de fentanilo o tramadol.
El problema se extiende a regiones vecinas como Guinea y Liberia, que comparten fronteras con Sierra Leona, donde se ha detectado la presencia de Kush. La conexión geográfica facilita el flujo de estas sustancias hacia estas áreas, según señala Science Alert.
Los efectos de la droga varían según el consumidor y su contenido, ya que el cannabis induce una gama diversa de efectos, desde euforia y relajación hasta un estado alterado de conciencia. La situación plantea un desafío crítico para abordar los riesgos asociados con este medicamento en la región.
17/01/2024