
Las marchas en Francia, en contra de la reforma de las pensiones, continúan dejando afectaciones a diferentes ciudades y cientos de detenidos. Ayer viernes 14 de abril, se informó a través de redes sociales sobre el incendio de una comisaría de policía en Rennes.
La puerta de una comisaría de policía y la entrada de un antiguo edificio religioso fueron incendiadas al término de una protesta de varios centenares de jóvenes. Ambos fuegos fueron rápidamente extinguidos.
En un mensaje en Twitter, el Ministro del Interior, Gérald Darmanin, tildó de inaceptables ambos incidentes y aseguró que sus autores responderán ante la Justicia.
En la capital París, las fuerzas de seguridad dispersaron con porras a los manifestantes, quienes quemaron varias bicicletas en la plaza del Ayuntamiento, donde, incluso, llegaron a reunirse cerca de 4.000 personas, según cifras de la Jefatura de la Policía.
En otro punto de la capital, otro grupo marchó de forma espontánea hacia la Plaza de la Bastilla, donde la Policía tuvo que desplegarse para dispersar a los manifestantes, quienes se separaron por distintas zonas de la capital y quemaron contenedores de basura a lo largo de la calle Amelot.
Por otro lado, en Nantes se ha producido, en el marco de los disturbios, un incendio en el aparcamiento subterráneo de la oficina administrativa del departamento de Loira Atlántico. Los manifestantes han lanzado botellas contra las fuerzas de seguridad, que han cargado contra la multitud, si bien las marchas han sido más pacíficas en los jardines del Castillo de los duques de Bretaña.
Las manifestaciones también han bloqueado las vías de tren en Saint Charles, en Marsella, tras lo que el tráfico ferroviario ha quedado suspendido, mientras que en Toulouse, Lyon, Estrasburgo o Caen los franceses también han salido a las calles, con efectos parecidos en el mobiliario urbano.
15-04-2023