
El uso de fuentes falsas por parte de un periodista es un comportamiento inaceptable y altamente irresponsable que socava la integridad y credibilidad del periodismo. Los periodistas tienen la responsabilidad de verificar la precisión de la información que proporcionan a su audiencia, y el empleo de fuentes falsas socava esa responsabilidad.
Este es el caso de la periodista del periódico español «El Español», Sonia Moreno, implicada en publicar exclusivas que suelen ser un fiasco.
El medio «inclinado» hacia el centro-derecha político, otorga una gran libertad a su ex reportera en Tánger de abusar en la utilización de sus fuentes «no fidedignas», ya que no acierta en ninguna de sus «supuestas primicias».
Sonia Moreno al usar títulos resonantes, tipo «Marruecos compra drones militares a Turquía y los instala a 30 kilómetros de Melilla», o tocar temas sobre la “abdicación” del rey Mohammed VI y su instalación en el palacio de Nador, o como su última “ficción” sobre las reacciones del Palacio Real a los comentarios del Presidente de la cámara de Consejeros, Enaam Mayara, muestran el estado de desesperación que causa Marruecos a este medio de comunicación.
Todos en Marruecos conocen muy bien la difícil estadía que tuvo Moreno en Marruecos, especialmente en Tánger, donde tuvo repetidas pifias, incluyendo sus conflictos con varios traductores marroquíes que trabajaron con ella y al final no fueron remunerados.
La crítica general que se puede hacer en este sentido a la autora de dichos artículos y a su «periódico amarillo» es que su enfoque sensacionalista y amarillista se traduce en una falta de ética y de respeto, y en una distorsión de la realidad, contribuyendo a la polarización y al sensacionalismo en lugar de promover la reflexión y el análisis riguroso.
12-04-2023