
El investigador y especialista magrebí, Kader Abderrahim, señaló, el jueves 6 de abril, «el regreso de un régimen del miedo» en Argelia, ahogado en la decepción tras el viento de esperanza que había levantado el movimiento Hirak, violentamente reprimido por el sistema.
En una entrevista en una cadena de radio, con motivo del 4º aniversario del movimiento de protesta popular pacifista de Hirak, el autor del libro «Geopolítica de Argelia» afirmó que «los argelinos lamentablemente no han sido oídos de quienes detentan las riendas del país, cuando sus demandas eran a la vez realistas y modestas”.
“Hasta la fecha, todos los que piensan de forma libre en Argelia son sistemáticamente perseguidos, despedidos, incluso encarcelados”, se indignó el profesor de Sciencias Políticas, evocando, en este sentido, el destino de varios investigadores universitarios, intelectuales y periodistas.
Según él, “ya no hay prensa en un país que se enorgullecía de la libertad de sus publicaciones. Todos los logros han sido archivados por tiempo indefinido y las cárceles ya están llenas”, subrayando el fracaso de una transición democrática a pesar de las concentraciones pacíficas y populares de cerca de 13 millones de argelinos cada viernes desde hace unos tres años en todo el país.
Desde el aborto de esta esperanza, “la sociedad se ha replegado en sí misma, lo que impide que Argelia entre colectivamente en la modernidad y enfrente los desafíos sociales, económicos y políticos”, observó el especialista.
»¿Cómo vislumbrar una alternativa creíble para los argelinos en estas condiciones?», se pregunta Kader Abderrahim, considerando que el proceso será »ciertamente muy complicado y llevará mucho tiempo».
Preguntado por las relaciones entre Argel y determinados países europeos a raíz de la crisis energética debida en particular al conflicto en Ucrania, el experto aseguró que «Argelia, al no haber modernizado sus herramientas técnicas de hidrocarburos, está lejos de tener los medios para sustituir a Rusia en términos de suministro de gas».
Incluso sus recursos son «limitados», agregó, y señaló que Argelia «no tiene, además, ninguna perspectiva de futuro, porque el poder sabe que no tiene legitimidad y que todo puede detenerse de repente, violenta y rápidamente».
“Tal es su gran problema, que se suma a la mayor, incluso única, obsesión de quienes están al mando, cuya única preocupación es la sostenibilidad del sistema político tal como existe”, concluyó el académico.
08-04-2023