
El semanario francés «Le Point» señaló este martes la impotencia internacional del presidente Emmanuel Macron, que pretende cambiar Europa y el mundo mientras se desgasta reformando Francia.
«Emmanuel Macron ha abierto su presidencia bajo aplausos en Europa. ¿Lo terminará con los abucheos? » se pregunta Luc de Barochez, redactor jefe del «servicio Monde du Point», en un artículo publicado bajo el título «Emmanuel Macron, la impotencia internacional».
«La primera elección de Emmanuel Macron, en 2017, fue un faro de esperanza para todos los europeístas del continente. Tras la doble conmoción de 2016 –el sí británico en el referéndum del Brexit, luego la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses–, su instalación en el Elíseo parecía anunciar el fin de la pesadilla nacional populista. Pero seis años y una reelección después, el tono es bastante diferente entre los vecinos”, observa el editorialista.
Cualquiera que pretenda reconstruir Europa, o incluso cambiar el mundo, se encuentra con las “peores dificultades” cuando se trata de modernizar Francia. “¿Cómo puedes mantener la credibilidad en la escena internacional con un proyecto de reforma cuando ni siquiera sabes cómo poner tu casa en orden? se preguntaba el redactor del artículo.
El episodio de los chalecos amarillos en 2018-2019, luego el caos provocado por el proyecto de reforma de las pensiones en 2023, revelaron la realidad en su luz «más oscura»: un presidente de la República «paralizado en el escenario interno, una Francia endeudada hasta su cuello, un gobierno incapaz de controlar las finanzas públicas, una democracia francesa enferma”, señala la misma fuente.
El contraste entre la ambición mostrada y la “delgadez” de los resultados no puede ser más fuerte, martilla el editorialista, para quien “con su estilo de cortador de galletas, su tentación de jugar solo, sus errores de análisis también, como cuando creía pudo domar a Donald Trump, contener a Vladimir Putin, seducir a Angela Merkel, reconciliar a las facciones libias o someter al Hezbolá libanés, han empañado su historial, pese a una política exterior aún activa”, añade.
Según el editorialista, sus posiciones “cambiadas”, como la protuberancia de 2019 sobre la “muerte cerebral” de la OTAN, “sorprendieron” a los socios de Francia y “dañaron su reputación”.
“Jugando con la mala suerte, caminó sobre rastrillos, como cuando Australia canceló un maravilloso contrato para comprar submarinos franceses a favor de los sumergibles estadounidenses. O como cuando los golpes militares en el Sahel le obligaron a poner fin sin gloria a la operación antiterrorista Barkhane lanzada por François Hollande”, sostiene el comentarista.
21-03-2023