
La apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla, la delimitación de las aguas territoriales o el control del espacio aéreo del Sáhara son, entre otros, los grandes puntos de fricción entre España y Marruecos que sin duda serán objeto de debate durante la Reunión de alto nivel prevista en Rabat los días 1 y 2 de febrero.
Las relaciones entre España y Marruecos en 2023 estarán marcadas por estos persistentes puntos conflictivos, a pesar de la decisión de Pedro Sánchez de apoyar el plan de autonomía marroquí para el Sáhara.
Los dos reinos mejoraron paulatinamente sus relaciones desde el pasado mes de marzo de 2022. Marruecos y España han reforzado la cooperación antiterrorista y migratoria, lo que ha permitido desmantelar los grupos yihadistas y reducir los flujos migratorios, aunque la presión sigue siendo muy fuerte en las fronteras de Ceuta, Melilla y Canarias. En los últimos meses, España también ha transportado gas a Marruecos a través del gasoducto Magreb-Europa en sentido contrario.
En esta duodécima sesión de la Reunión de Alto Nivel, que se celebrará en febrero en Rabat tras varios aplazamientos, es un ejemplo de que el apoyo de España al plan de autonomía marroquí para el Sáhara no sufrirá ningún revés por parte del Gobierno de Izquierda de Pedro Sánchez.
Los dos países también deberán actualizar el Tratado de Amistad Hispano-Marroquí y acordar la delimitación de espacios marítimos en la costa atlántica y Canarias. Desde la normalización de las relaciones, el grupo de trabajo bilateral se ha reunido en varias ocasiones entre junio y octubre para tratar el tema.
La gestión del espacio aéreo del Sáhara, hoy compartido por los centros de control de Rabat y Gran Canaria, seguramente también estará sobre la mesa en estos encuentros.
18-01-2023