
Impulsada por consideraciones geopolíticas, Argelia creó desde cero la disputa regional sobre el Sáhara, al patrocinar la creación del Polisario y brindarle apoyo político, diplomático, financiero y militar, subrayó el martes en Belgrado, el jurista francés, Jérôme Besnard.
La participación militar de Argelia queda ilustrada, entre otras cosas, por la Batalla de Amgala en 1976, durante la cual varias decenas de soldados argelinos fueron capturados y luego devueltos a su país unos meses después, recordó Besnard, durante una conferencia bajo el lema »Unidos en valores, confrontando los enfoques – experiencias de Marruecos y Serbia en la defensa de la integridad territorial y la soberanía nacional».
Argelia también ha delegado su autoridad sobre una parte de su territorio, a saber, los campamentos de Tinduf, al Polisario, en flagrante violación del derecho internacional humanitario, lo que le permite «incurrir en las peores violaciones de los derechos humanos», señaló el catedrático de derecho constitucional durante este encuentro, organizado por la Facultad de Diplomacia y Seguridad de la Universidad Unión – Nikola Tesla, en colaboración con la Coalición por la Autonomía del Sáhara (AUSACO).
Según el jurista francés, que volvió sobre la génesis de este litigio, la cuestión del Sáhara sigue siendo una cuestión de completar la integridad territorial de Marruecos, subrayando que se trata ante todo de un litigio regional de una geopolítica, que sólo puede ser resuelto si Argelia participa plenamente en el proceso político, llevado a cabo bajo la égida exclusiva de la ONU, de conformidad con la resolución 2654 del Consejo de Seguridad.
El marco de la ONU se basa en el parámetro fundamental de la plena participación de Argelia en la búsqueda de una solución, instándola a permanecer comprometida, con un espíritu de realismo y compromiso, con el proceso de la mesa redonda, a lo largo de su duración, hasta que se concluya, señaló Besnard, argumentando que la persistencia de la disputa regional sobre el Sáhara sigue siendo un obstáculo para abordar los principales desafíos del cambio climático, la migración, la lucha contra el extremismo violento y el terrorismo, y la seguridad alimentaria.
Para el ponente, “la persistencia de la principal parte de este contencioso, Argelia, en su comportamiento de obstrucción a la consecución de una solución política definitiva, convierte a la subregión del Magreb en un punto ciego de la cooperación regional, complicando así la superación de los desafíos existenciales a los que se enfrentan colectivamente los Estados de África y Europa”.
Señaló que la resolución 2654 del Consejo de Seguridad de la ONU incluye un triple reconocimiento, a saber, el reconocimiento del carácter obsoleto de las propuestas de las otras partes en la disputa regional sobre el Sáhara, el reconocimiento de la realidad sobre el terreno y el reconocimiento de la importancia de la iniciativa marroquí de autonomía como única base para una solución política a esta disputa.
Conscientes del papel que juega el Sáhara como motor del comercio regional y como eje en la costa atlántica africana, una treintena de Estados y organizaciones regionales han decidido abrir consulados generales en las ciudades de El Aaiún y Dakhla, expresando en ellos su reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara, concluyó la misma fuente.
30-11-2022