
Marruecos ha reforzado el número de fuerzas de seguridad en la frontera de Melilla para evitar nuevas embestidas de inmigrantes subsaharianos.
Cuatro meses después de la avalancha de inmigrantes subsaharianos en la que al menos 23 personas murieron al intentar entrar en Melilla, Marruecos ha reforzado la seguridad en el Monte Gourougou y Barrio chino. La cerca está bajo vigilancia constante. La policía maneja camionetas en la entrada y los agentes vigilan una de las antiguas entradas a la zona de los porteros, informa ABC.
Por estas dos entradas, entre otros lugares, llegaron el 24 de junio casi 2.000 inmigrantes subsaharianos, en su mayoría de origen sudanés, que apedrearon a los agentes marroquíes que custodiaban este lado de la valla e intentaron forzar la entrada para llegar a Melilla. Con gases lacrimógenos y balas de goma, los agentes marroquíes lograron dispersar a los migrantes e impedir que algunos llegaran a su objetivo. Los enfrentamientos se saldaron con al menos 23 muertos y 200 heridos del lado de los migrantes, y más de un centenar de agentes marroquíes y 55 guardias civiles heridos.
Con este aumento en el número de fuerzas de seguridad, los migrantes subsaharianos, que solían esconderse en el bosque antes de salir en grupos a realizar su asalto, desaparecieron de la zona, agrega la misma fuente.
Las autoridades marroquíes han instalado allí un campamento militar para disuadirlos. Sin salida, algunos intentan nadar para llegar a la península, arriesgando sus vidas, agrega ABC.
15-11-2022