
En una publicación titulada: «Resolución 2654 sobre la cuestión del Sáhara marroquí: ¿qué impacto?», el ex diplomático y profesor universitario, Mohammed Loulichki, destaca los puntos más relevantes y los contextos de la adopción de esta Resolución, además del futuro del proceso de negociación.
Publicado en el «Policy Center For The New South«, esta publicación destaca en primer lugar, las expectativas de las partes involucradas en este Conflicto. Empezando por Marruecos, el Reino, apoyado por EE.UU., y por países tan influyentes como España, Países Bajos, Alemania, Bélgica, indica Loulichki, sigue confiando en Naciones Unidas para conducir el proceso político hasta su conclusión sobre la base de una autonomía negociada, con la participación efectiva y directa de Argelia.
Por la parte del segundo Estado interesado en este conflicto, Argelia, informa el autor, tenía esperanzas sobre modificaciones en la resolución en el sentido de «ocultar el llamamiento a la reanudación de las mesas redondas y la insistencia en su utilidad para la reactivación de las dinámicas de búsqueda de una solución política». También auguraba una condena en la resolución a los ataques selectivos de las Fuerzas Armadas Reales (FAR) contra elementos del Polisario responsables de incursiones en el interior la Zona de Amortiguamiento.
Respecto al Polisario, el ex diplomático subraya que ante la congelación del proceso de negociación desde 2012, la impugnación de su representatividad por parte del Movimiento Saharaui por la Paz (MSP) y la presión de las poblaciones de los campamentos, la estrategia de radicalización del Frente consistió en intentar borrar los logros de las dos décadas anteriores al insistir en la vuelta al Plan de Arreglo y al referéndum como única solución, abandonando así implícitamente su propia propuesta de solución presentada al Consejo de Seguridad el 10 de abril de 2007.
Mauritania, el cuarto país involucrado en este conflicto, se esfuerza por desarrollar sus relaciones tanto con Marruecos como con Argelia y apoyar el proceso de la ONU, sin tomar partido a favor de uno de los protagonistas y sin pronunciarse sobre el fondo del litigio, subraya la misma fuente.
Las constantes de la solución política
Después de exponer las discusiones sobre el borrador, los elementos contenidos en la nueva resolución del Consejo y las delegaciones votantes a favor y en contra, la última resolución del Consejo de Seguridad sobre el tema del Sáhara, indica la misma publicación, renovó la mayor parte de los parámetros de la solución política y, al mismo tiempo, introdujo ajustes destinados a presionar a las partes para animarlas a comprometerse más y facilitar la misión de la Minurso.
La reanudación, por la nueva resolución, de la esencia de la anterior, se explica por la preocupación del Consejo de evitar una ruptura o una interrupción del proceso de mediación y de asegurar un mínimo de adhesión de las partes a los esfuerzos del Enviado Personal del Secretario General al Sáhara. Esta continuidad se explica por el hecho de que el lenguaje de las resoluciones del Consejo sobre la cuestión del Sáhara es el resultado de una acumulación de compromisos políticos y jurídicos pacientemente construidos desde 2001, fecha de la renuncia del Consejo al plan de arreglo de 1990, como marco de referencia para la solución de esta disputa. Estos elementos han sido aceptados por todas las partes y respaldados por el Consejo y la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En cuanto a la naturaleza y carácter de la solución, la resolución 2654 reafirmó tanto en su preámbulo como en su parte resolutiva, el carácter político de la solución buscada, los requisitos de realismo, pragmatismo y consenso que debe satisfacer y que con el tiempo se han convertido en elementos decisivos, inmutables e irreversibles. Así, el párrafo 2 “Destaca la necesidad de alcanzar una solución política realista, pragmática, duradera y mutuamente aceptable a la cuestión del Sáhara Occidental, que se base en el compromiso, y que es importante adaptar la acción estratégica de la Minurso y asignar los recursos de las Naciones Unidas con este fin”.
En cuanto a las modalidades para relanzar el proceso de negociación, el Consejo expresó en el Preámbulo de la resolución “su pleno apoyo al nuevo Enviado Personal y sus esfuerzos para hacer avanzar el proceso político, sobre la base de los avances logrados por el anterior Enviado Personal y de conformidad con los precedentes pertinentes (párrafo 2)” y “acoge con satisfacción el impulso generado por la primera mesa redonda, celebrada los días 5 y 6 de diciembre de 2018, y la segunda mesa redonda, celebrada el 21 y 22 de marzo de 2019, y que Marruecos, el Polisario, Argelia y Mauritania se comprometen, de manera seria y respetuosa, con el proceso político iniciado por la Organización de las Naciones Unidas con el fin de encontrar un terreno común (párrafo 3)”.
Novedades reflejadas en la resolución 2654
Teniendo en cuenta la postura de Argelia en las mesas redondas, el texto de la resolución introdujo un nuevo lenguaje que enfatiza la importancia de que “todas las partes involucradas desarrollen sus posiciones para avanzar en una solución”, enfatizó Loulichki. El uso del término “todas las partes involucradas” permite, gracias a su ambigüedad, dar cabida a todos los actores involucrados en el proceso, al tiempo que le da a de Mistura el espacio necesario para promover sus buenos oficios. El nuevo texto invita al nuevo mediador a aprovechar el progreso y el marco del anterior Enviado Personal, e insta a Marruecos, el Frente Polisario, Argelia y Mauritania a comprometerse con el Enviado Personal, agregó.
Por lo tanto, el Consejo invita explícitamente al nuevo Enviado Personal a continuar donde lo dejó su predecesor y consolidar los logros de sus predecesores, comenzando con la reanudación de las Mesas Redondas.
En cuanto a los obstáculos que encuentra la Minurso en el ejercicio de sus funciones y que el informe del secretario general atribuye explícitamente al polisario, tras su decisión de romper el alto el fuego, la nueva resolución pide que se reanude sin demora un suministro seguro y regular a los sitios de los equipos de la Minurso. Según el informe, estas restricciones tuvieron “efectos negativos en el estado operativo y el ciclo de vida de los equipos, así como en la moral y la salud del personal de la Minurso en los sitios y, si no se eliminan, corren el riesgo de hacer que estos sitios sean insostenibles”.
Finalmente, reza la publicación, en el aspecto humanitario, se ha introducido una nueva redacción que alienta encarecidamente a los donantes a proporcionar fondos adicionales y agencias de ayuda para facilitar la entrega de ayuda humanitaria.
El diálogo decidirá el futuro del proceso de negociación
Staffan de Mistura estará obligado a sacar toda su experiencia para llevar a Argelia y al Polisario a retomar el camino del diálogo y el compromiso. Argelia, que lleva viento en popa con la crisis energética y que ha roto todo contacto con Marruecos, no parece inclinada ni a transigir ni a acomodar al Enviado Personal del Secretario General. En cuanto a Marruecos, los éxitos diplomáticos de los últimos años lo colocan en una situación cómoda para dejar que las cosas sucedan, mientras prosigue el esfuerzo de desarrollo de la región del Sáhara.
El ex diplomático Mohammed Loulichki concluyó su publicación alertando sobre «si las partes pueden esperar y tomarse su tiempo para decidir sobre las próximas iniciativas de De Mistura, las poblaciones de los campamentos de Tinduf seguirán siendo las únicas víctimas de las estrategias de las partes y su indecisión. Generaciones enteras continuarán sufriendo la ausencia de una solución definitiva y vivirán en condiciones climáticas y socioeconómicas muy difíciles, obligados a depender de la ayuda internacional para sobrevivir. Por lo tanto, están expuestos a su pesar a los riesgos y tentaciones del crimen organizado, el terrorismo y la migración».
por: Soufiane Ben Lazaar / Redactor Jefe