
La realización del gasoducto Marruecos-Nigeria tendría beneficios estratégicos para Europa. Esto es lo que intenta demostrar el Centro de Políticas para el Nuevo Sur en un Informe.
El objetivode este informe, firmado por el politólogo, Jamal Machrouh, es dar respuesta a la pregunta sobre el interés de Europa en la realización de este proyecto estratégico que, a lo largo de 5.000 kilómetros, transportará gas desde los yacimientos del golfo de Guinea hasta la costa mediterránea de Marruecos, atravesando nada menos que once países de África Occidental. Sobre todo porque la realización de este proyecto tiene lugar en una situación particular en Europa marcada por una crisis energética que es a la vez “profunda y compleja”.
“Rusia ha decidido paralizar los dos gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, por los que pasa la mayor parte del gas ruso que se suministra a Europa”, recuerda el autor del informe, agregando que “la visión que impulsa tal interés es que el suministro de gas africano fortalecería la independencia energética europea, un requisito previo necesario para su autonomía estratégica”.
El enfoque preferido, según Jamal Machrouh, consiste en la necesidad de un cambio en los paradigmas europeos que estructuran su sistema relacional con el continente africano. “Merece ser establecido como un socio y una oportunidad para el reposicionamiento estratégico global de Europa”, agrega.
Jamal Machrouh presenta seis argumentos destinados a fundamentar la existencia y relevancia de tal interés. Se destaca en primer lugar la contribución «efectiva» de dicho proyecto a la diversificación de los recursos gasistas de los países europeos. «Les daría más libertad de acción», dice el autor. El segundo argumento se refiere a la contribución del gasoducto a la construcción de una nueva generación de medidas que ayuden a frenar las amenazas asimétricas que sufre Europa.
Jamal Machrouh también cree que el proyecto reducirá el riesgo de reemplazar la dependencia europea del gas ruso por la dependencia de fuentes de energía no convencionales con peligrosas consecuencias climáticas. También evitaría el surgimiento de una fuerte dependencia europea del gas de Argelia, al igual que le daría a Europa la oportunidad de reequilibrar su movimiento estratégico desde un esquema horizontal improductivo para tomar prestado un multiplicador real vertical de su poder.
El último argumento estipula que el proyecto daría un impulso positivo al proceso de integración económica en la región de África Occidental que, a su vez, constituiría un vasto mercado de consumo útil para las economías europeas.
10-10-2022