
El encuentro entre Esperanza Casteleiro, directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España, y su homólogo marroquí, Abdelatif Hammouchi, en Rabat hace poco más de una semana puso fin a las discrepancias entre ambos países por el espionaje a miembros del Gobierno español con la ayuda del programa Pegasus, del que se sospechaba que Marruecos era el instigador.
Los dos funcionarios enterraron el hacha con un apretón de manos, tras las sospechas de espionaje utilizando el software israelí Pegasus. El director general de Vigilancia Territorial (DGST) y el jefe de los servicios secretos españoles y sus equipos mantuvieron recientemente una importante reunión en Rabat.
El encuentro es acogido con beneplácito por los servicios secretos españoles que consideran que con este acto las dos partes han renovado sus lazos de amistad y cooperación en el campo de la inteligencia, informan a «El Español«, citando fuentes de los servicios secretos. Según este último, esta reunión despejó malentendidos sobre el asunto Pegasus, el software espía con el que se hackearon los teléfonos de Pedro Sánchez y de varios ministros, entre ellos Margarita Robles, de Defensa, o Fernando Grande-Marlaska, de Interior.
“Estas visitas son frecuentes, pero esta vez quieren acabar con todo lo que supone este caso de espionaje y abrir una nueva etapa de cooperación”, subrayan las fuentes de los servicios secretos, recordando que Marruecos y España, a través de este acto, pretenden reforzar su cooperación en la lucha contra el narcotráfico, la inmigración ilegal y el terrorismo yihadista.
Esta imagen del buen entendimiento entre España y Marruecos surge en un contexto de crisis entre España y Argelia, provocada por la decisión de Pedro Sánchez de apoyar el plan marroquí de autonomía para el Sáhara.
27-09-2022