
He aquí la segunda parte de la entrevista con el periodista español Javier Valenzuela. Para consultar la primera parte se ruega pinchar aquí.
P: Vista la costumbre en la novela Noir, el contexto representa frecuentemente el personaje fundamental en la trama negra. En su trilogía, Tánger constituye constantemente este ambiente personificado. ¿Por qué ha elegido esta ciudad y no otra (Madrid a guisa de ejemplo)? ¿Cuál fue el secreto detrás de mantener la misma en sus tres novelas? ¿Si habrá una cuarta sería también ambientada en Tánger?
R: Tánger es un escenario literario maravilloso. Por su fecunda historia. Por su cosmopolitismo. Por la belleza de sus paisajes. Por la fuerza de sus habitantes. Por las muchas cosas horribles y maravillosas que pasan allí. Es, además, un escenario donde puedes situar con toda naturalidad a personajes europeos interrelacionándose con personajes marroquíes. Hablando en varios idiomas: dariya, bereber, español, francés, inglés. Con mi trilogía Tánger Noir he querido demostrar que todo esto no es solo cosa del pasado, sino también cosa del presente. No veo a Tánger como un territorio literario arqueológico, la veo como un escenario vivo, muy vivo. Por lo demás, no planeo hacer una cuarta entrega de esta serie Tánger Noir. Pero no tengo el menor problema, al contrario, en que la retomen otros autores marroquíes o españoles. Les presto mis historias y mis personajes, siempre, por supuesto, que sean honestos y citen sus orígenes. Me gusta mucho eso tan tangerino, tan marroquí y tan árabe de las historias que se entrelazan como un ramo de cerezas. Es decir, la tradición de “Las mil y una noches”.
P: La trilogía refleja una cierta cronología en la narrativa negra basada en Tánger, siendo incubadora del ambiente y los personajes a lo largo de 65 años de historia tangerina repartida en etapas cruciales en la vida de la ciudad. ¿Cómo ha sido la evolución tematológica de la primera novela a la tercera con el paso del tiempo?

R: Como todas las sagas, la mía comienza con una genealogía. En la primera entrega, “Tangerina”, cuento los orígenes del profesor Sepúlveda, es decir, la historia de sus padres en el Tánger Internacional de 1956. Pero ya en esta primera entrega cuento también una aventura de Sepúlveda que transcurre en el Tánger del año 2002. En concreto, una de espías y yihadistas. En la segunda entrega, “Limones negros”, doy un salto al año 2015 y el profesor Sepúlveda se enfrenta a un caso de corrupción: un banquero español que quiere invertir en Tánger parte del dinero que ha obtenido de forma ilícita. Aquí entra en escena el personaje de Adriana Vázquez, una “femme fatale” española que vive en la Montaña Vieja y está relacionada sentimentalmente con un influyente empresario marroquí. Y en la tercera y última, “La muerte tendrá que esperar”, nos situamos en el Tánger de septiembre de 2021. Con la pandemia de covid, la proximidad del Mundial de Qatar, los líos del rey Juan Carlos y el tráfico de criptomonedas. La ciudad de Tánger va evolucionando a lo largo de estas tres entregas: desde el abandono y la decadencia en que se encontraba a finales del siglo XX a la resurrección en el siglo XXI bajo la monarquía de Mohamed VI. En estas obras sitúo escenas tanto en lugares clásicos como el Café Hafa y el Hotel El Minzah como en lugares nuevos como la Marina, el restaurante Osky´s y el Hilton City Center. Ya le dije: mi Tánger está muy vivo.
P: Siendo gran conocedor del mundo de la prensa y un periodista curtido, ¿dónde percibe la influencia de periodismo en su obra literaria, además de la documentación que forma parte de la genética del escritor periodista? ¿Qué opinión merece el periodismo literario?, ¿Constituiría las primeras semillas que aflorarían literatura pura y dura?
R: Siempre he considerado que el periodismo puede ser en sí mismo un género literario. Siempre he procurado practicar una buena calidad de escritura en mis artículos, entrevistas, crónicas y reportajes. Visto así, sí, el periodismo es un buen aprendizaje para la novela. Y tiene usted razón: el periodismo me ha enseñado unas técnicas de documentación muy útiles para la ficción. Para mis novelas tangerinas no solo he leído casi todo lo escrito sobre esta ciudad sino que la he recorrido a pie una y otra vez y he hablado con cientos de sus habitantes. De día y de noche. En invierno y en verano. En los barrios ricos y en los barrios pobres. Buena parte de las notas tomadas de este modo se han incorporado luego a mis historias novelescas.
P: ¿Cuál ha sido el dilema en que se ha construido el conflicto de fondo de »La muerte tendrá que esperar» en su camino hacia la verdad?
R: No hay novela sin conflicto, y el conflicto de fondo de “La muerte tendrá que esperar” es el que enfrenta a la verdad y la mentira, a la realidad y la apariencia. Que también es el conflicto de fondo de “Las mil y una noches”. Vivimos un tiempo peligroso en el que algunos nos dicen que la verdad y la mentira valen lo mismo. Pues bien, los personajes con los que yo más me identifico en esta novela no creen que sea así. Intentan descubrir la verdad e intentan desmentir la mentira.
P: Con cuatro protagonistas femeninas, ¿Ud. Pretende rendir homenaje al papel imprescindible y decisivo de la mujer en el S. XXI tanto en la ficción como en la realidad? ¿Las tres portadas de la trilogía simbolizarían el leitmotiv femenino de sus novelas Noir? ¿A qué se debe está elección?
R: Creo, en general, que el siglo XXI será femenino o no será. Nuestros graves problemas actuales -hablo a nivel mundial- no tienen solución si las mujeres no adquieren un gran protagonismo moral, cívico, político y económico. Me refiero a problemas como la desigualdad, la violencia y el cambio climático. Soy muy feminista. Y en el caso concreto de las mujeres marroquíes, tengo que decir que siento por ellas una gran admiración. Son fuertes, son trabajadoras, son divertidas. Son la gran energía del país. En “La muerte tendrá que esperar”, cuatro mujeres, dos marroquíes -Leila y Malika- y dos españolas -Adriana y Teresa- se convierten en más protagonistas incluso que el profesor Sepúlveda. Las cuatro luchan por su libertad y su independencia.
P: A manera de la película »Seul au monde», ¿cuál sería su fetiche que lo tomaría no sólo como personaje sino también como compañero encantador?
R: Un libro. Podría vivir solo en una isla desierta con tan solo la compañía de un libro. Lo leería una y otra vez y hasta dialogaría en voz alta con él. Me servirían “Don Quijote”, de Miguel de Cervantes, o “La Isla del Tesoro”, de Robert Louis Stevenson. Estas dos obras contienen mucho de lo que supone la humanidad y su inquebrantable afán de libertad y felicidad.
Muchas gracias y enhorabuena por su extensa y fructífera aportación periodística, intelectual y literaria.
Por: Khadija TAOUIL – Doctoranda en el Laboratorio de Marruecos y el Mundo Ibérico e Iberoamericano, Universidad Hassan II, Casablanca
03-09-2022









