
Bruselas busca concertar una reunión con Rabat tras la declaración del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, sobre el Sáhara. Se registró en la agencia del alto representante de la diplomacia europea una visita a Marruecos, pero no está garantizada y España desea ejercer un papel mediador.
Tras el comentario de Josep Borrell sobre la posición europea en el tema del Sáhara, el diplomático cambió rápidamente de opinión y concedió una segunda entrevista a la agencia Efe para corregir su error. Borrell había estimado que España, al igual que la Unión Europea, defendía una «consulta» para que fuera el pueblo saharaui quien decidiera sobre su futuro, antes de dar marcha atrás y hablar de una «solución consensuada entre las partes», como dicen las resoluciones de Naciones Unidas.
El jefe de la diplomacia marroquí, Nasser Bourita, dijo ante una pregunta de un periodista, con motivo de una rueda de prensa durante la visita de su homóloga alemana a Rabat, que mantuvo una conversación con Josep Borrell a raíz de su declaración y que las cosas han sido aclaradas.
En efecto, 24 horas después de su declaración, el diplomático de origen español había cambiado de opinión al hacer una nueva declaración y la Unión Europea también se pronunció sobre la situación. Pese a todo, las relaciones entre Rabat y Josep Borrell seguían siendo tensas, tanto que circulaban informaciones sobre la cancelación de un viaje del diplomático europeo previsto para mediados de septiembre en Rabat.
Su primera declaración se enmarca en un contexto geopolítico complejo en el que los europeos buscan fuentes de gas distintas del gas ruso para pasar el invierno y para ello cortejan a la fuente más cercana, Argelia, el principal apoyo para el Polisario.
Además, las declaraciones de Josep Borrell coincidieron con una visita oficial del presidente francés, Emmanuel Macron, a Argelia, de donde logró sacar la promesa de abastecer el 50% de las necesidades de Francia.
Mediación española
Ante esta complicada ecuación, fue España la que tomó la iniciativa para intentar acercar a Bruselas y Rabat, dos socios históricos e importantes a todos los niveles. España ya puede jugar su carta de acercamiento a Marruecos desde que reconoció el plan marroquí de autonomía para el Sáhara, para calmar las tensiones entre Borrell y Rabat.
España «será siempre un puente» para facilitar una relación «mutuamente beneficiosa» entre la Unión Europea y Marruecos, «dos socios imprescindibles el uno para el otro», ha declarado el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
Preguntado durante una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE en Praga, el jefe de la diplomacia española respondió: “Apoyamos una mejor relación entre Marruecos y la Unión Europea. Creemos que Marruecos y la Unión Europea son dos socios esenciales el uno para el otro y que su relación es mutuamente beneficiosa”.
Añadió: «Lo que queremos es que la Unión Europea tenga con Marruecos la misma relación que tiene España» con el Reino, subrayando que España «está en proceso de construir una relación sólida, de mutuo beneficio, de mutuo respeto» con Rabat.
31-08-2022