
En respuesta al último informe de Human Rights Watch (HRW) sobre Marruecos, Younes Mujahid, Presidente del Consejo Nacional de Prensa (Marruecos), dijo en una entrevista con un medio marroquí que: «El informe emitido por HRW sobre Marruecos estuvo dominado por una clara orientación política«.
Mujahid consideró que el informe emitido por HRW «no respetó los estándares de los informes de derechos humanos, que exigen la necesidad de objetividad, equilibrio, e investigación«. Agregó que quien lea este informe llega a la conclusión de que sus autores buscaban cualquier cosa para implicar a Marruecos, lo que dañó la credibilidad de este informe.
El Presidente del Consejo Nacional de Prensa registró que “el informe se caracterizó por su selectividad, ya que se centró en algunos temas a través de una narrativa, lo que da la impresión de una situación oscura en Marruecos, sabiendo que la situación no es ni negra ni blanca, pero cuando lees el informe sientes que estás frente a un país cerrado, que restringe mucho las libertades, y que cualquiera que se oponga a una decisión estatal se pone en riesgo, y eso no es cierto».
Añadió que estas organizaciones tienen un posicionamiento previo sobre Marruecos, además de ser financiadas por ciertas partes. «Estas organizaciones tienen financiadores y buscan lograr objetivos geoestratégicos, y no debemos tratar el tema con una especie de ingenuidad», concluyó.
El Sindicato de prensa aboga por la protección de los derechos de los litigantes
El Sindicato Nacional de Prensa Marroquí, en su respuesta al informe de HRW, se centró sobre los casos de los periodistas condenados por la justicia marroquí tratados en el informe de HRW. Así, el Sindicato en un comunicado subraya que los hechos y casos que el informe pretendía monitorear tenían controversias y discrepancias, explicando en ese contexto que “si ciertas partes confirmaron que los hechos fueron fabricados y preparados para encarcelar a ciertas personas, y se empleó el poder judicial para lograr los objetivos previstos, hay personas que presenciaron lo contrario, y que las acciones que se atribuyen a estas personas son verdaderas y probadas, y que hay víctimas que presentaron denuncias, incluidas mujeres periodistas, y los derechos de estas víctimas no se pueden negar, y que no es posible cuestionar las intenciones sin pruebas honestas».
Consideró que “es vergonzoso que un organismo internacional de derechos humanos favorezca a una parte sobre la otra y abogue por una sobre la otra, negando los derechos de una de las partes”.
Las personas al que se refiere el informe de HRW cuestionado por el Sindicato Nacional de Prensa Marroquí, son los periodistas Omar Radi (condenado a 6 años de prisión por cargos de de violación y espionaje), Souleimane Raissouni (condenado a 5 años de prisión por violación con violencia y secuestro), Taoufik Bouachrine (condenado a 15 años de prisión por agresión sexual), el abogado y exministro Mohamed Ziane (3 años en primera instancia – procesado por 11 cargos), y el historiador Maati Monjib, en libertad provisional, acusado por blanqueo de capitales.
El Sindicato rechazó absolutamente el contenido del nuevo informe de HRW, dado que carece de profesionalismo, credibilidad y legitimidad, y está desprovisto de garantías y condiciones de objetividad, integridad e imparcialidad.
Poca neutralidad en el informe de HRW
Por su parte, la Federación Marroquí de Editores de Periódicos destacó la poca «neutralidad» de HRW en un comunicado de prensa, subrayando que se trata de “una evaluación unilateral con contenido repetitivo y hechos desactualizados, que fueron recopilados arbitrariamente y sin un nexo sistemático, realista y objetivo”.
La Federación indicó que el informe no evoca ninguna opinión disidente, además de que estuvo lleno de juicios prevalorados y posiciones políticas unilaterales, lo que lo convierte en una tesis política unilateral y no un informe de derechos humanos.
Acosando a Marruecos con acusaciones gratuitas
La Asociación Nacional de Medios y Editores calificó el informe como un «acoso» de HRW hacia Marruecos, señalando que esta organización ha abandonado así su condición de derechos humanos y ha revelado su sospechosa identidad política.
La Asociación aclaró, en un comunicado, que en el marco de sus misiones de seguimiento de la situación de los periodistas marroquíes, y contribuir al debate público, legal, y constitucional sobre la libertad de opinión y expresión, revisó el informe emitido por HRW, calificándolo de “poco profesional», «irrelevante para la ética de la edición de informes de derechos humanos», e «irresponsable». Dijo que estaba “sorprendida por el nivel de manía y confusión con que se editó el informe, sin aportar una idea nueva sobre la situación de los derechos humanos de los trabajadores del sector de la prensa y los medios de comunicación en Marruecos».
«La distribución de acusaciones gratuitas, sin pruebas, insultando a las instituciones nacionales marroquíes y difamando deliberadamente todos los logros alcanzados en Marruecos en los últimos años, son síntomas de tanto odio«, agregaba la misma fuente.
Marruecos seguirá con sus reformas
«Alegaciones sesgadas». Así fue la respuesta del Gobierno de Marruecos al informe de HRW, agregando que este último «no disuadirá al Reino de seguir construyendo el Estado de derecho y las instituciones y la defensa de los derechos y libertades».
El Gobierno liderado por Aziz Ajanuch, a través de su portavoz Mustafa Baitas, destacó que se trata solo de “una recopilación de denuncias a las que esta organización acostumbra hablar en contra del Reino”, señalado que “la denigración contra Marruecos ha llegado al punto de lanzar acusaciones irreales” contra el País, añadiendo que este documento contiene “graves acusaciones capaces de perjudicar la imagen del Reino delante de sus socios extranjeros”.
01-08-2022