
Anoche, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, anunció al final de un vídeo supuestamente filmado en Kiev que había firmado la orden para retirar a sus embajadores en Marruecos y Georgia. El argumento es que la guerra entre él y Rusia no se limita al campo de batalla, sino que también incluye el campo económico y diplomático. Su objetivo es claro y límpido. Ejercer presión sobre los estados no occidentales que se niegan por diversas razones a alinearse con las sanciones económicas y financieras occidentales impuestas a Moscú.
Sin embargo, la posición de Marruecos era clara. La diplomacia marroquí ha recordado desde el estallido del conflicto y en varias ocasiones su apego al derecho internacional, afirmando el apego del Reino de Marruecos al «principio de no uso de la fuerza para la solución de controversias entre Estados» y «su apoyo por la integridad territorial y la unidad nacional de todos los estados miembros de las Naciones Unidas”.
En cuanto a las sanciones, es la elección soberana de cada país, siempre que no hayan sido impuestas por la ONU. Un escenario totalmente excluido por el veto ruso y probablemente chino. Por lo tanto, ni kiev, Moscú, París ni ninguna otra capital tiene derecho a presionar o interferir en los asuntos de Marruecos para influir en una elección que cae dentro de su soberanía.
Recordamos que incluso Hungría, que es miembro tanto de la Unión Europea como de la OTAN, ha adoptado una posición más cautelosa que sus socios occidentales con respecto a Rusia. El pasado 24 de marzo, el Primer Ministro húngaro, Viktor Orban, anunció poco antes de una reunión de líderes europeos que estaba irrevocablemente en contra de la extensión de las sanciones al sector energético, y añadió que «debemos proteger los intereses nacionales de Hungría». ¿Retirará Zelensky a su embajador de Budapest? Permítame que lo dude.
Dicho esto, en una nota menos anecdótica, la reciente visita del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, fue una oportunidad para recordar los fuertes lazos entre nuestros dos países, así como el apoyo incondicional de Washington al plan de autonomía propuesto por Marruecos con respecto a nuestras provincias del sur, calificándolo de «creíble, serio y realista».
Aunque se han mencionado otros aspectos de la asociación estratégica que une a nuestros dos países, es probable que la visita de Blinken a Argel ayer sea la más intrigante.
En efecto, desde hace varias semanas, Washington intenta con creciente insistencia influir en la decisión unilateral de Argel de no renovar su contrato con Marruecos relativo al gasoducto “Magreb-Europa”. El objetivo de la maniobra estadounidense es crear tantas alternativas de gas como sea posible a Rusia, para permitir que los países de la Unión Europea impongan un embargo energético a Moscú. Algo que por el momento es imposible, ya que la UE depende hasta en un 45% del gas ruso. Para algunos países como Alemania, Hungría o República Checa, el nivel de dependencia se sitúa entre el 60 y el 100%.
En esta perspectiva, los estadounidenses han llegado a acelerar el relanzamiento de los acuerdos de Viena de 2015, con miras a reintegrar a Irán en el mercado mundial del gas, para gran disgusto de Israel. También están tratando de acercarse a Venezuela en el tema del petróleo. Recordamos que hace unos meses, Washington consideró a estos dos países como estados canallas.
En cualquier caso, puesto que el realismo en la geopolítica consiste en sacar el máximo provecho de la realidad en beneficio de sus intereses nacionales, Marruecos tiene mucho que ganar con esta pugna, al menos en lo que respecta al tema del gas. Porque si alguna vez Estados Unidos consiguiera la reapertura del gasoducto “Magreb-Europa”, ello supondría sin duda una decepción diplomática para Argelia, y un reforzamiento del papel estratégico de Marruecos en la región. Añádase a eso el reciente cambio de posición de Madrid a favor de Rabat respecto al plan de autonomía de nuestras provincias del sur, lo que aumenta el enclave diplomático cada vez más acentuado de Argel, que va perdiendo aliados, o al menos partidarios, uno tras otro.
La audacia tiene genio, dijo Goethe.
por: Rachid Achachi – Columnista
31-03-2022
*El autor del artículo autoriza su publicación en «Marruecom.com», tras la publicación principal del artículo en el sitio «le360».