
La nueva posición de España que reconoce que el plan de autonomía propuesto por Marruecos es la base más seria, realista y creíble para resolver el conflicto del Sáhara «pone de relieve un grado de aislamiento y soledad argelina jamás alcanzado», afirma el politólogo Mustapha Tossa.
«Patrocinador obstinado de los separatistas del Polisario, Argel sigue navegando a contracorriente de la historia, la geografía y la diplomacia mundial», subraya Mustapha Tossa, politólogo, en un análisis publicado en el sitio «Atlasinfo». Según la misma fuente, el apoyo de Argelia a «las milicias separatistas no tiene otro objetivo que debilitar a Marruecos y mantener un estado de tensión en la región».
“El régimen argelino ya no sabe a dónde acudir, inmerso como está en una contradicción de actitudes y posturas”, apunta el politólogo, añadiendo que por un lado, predica en todos los foros internacionales que no está metido en este expediente, y por otro lado, convoca de urgencia a su embajador en Madrid tras la carta de apoyo a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara, dirigida por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al Rey Mohammed VI.
El efecto bola de nieve en el escenario europeo que siguió al giro español acentuó la gran soledad argelina, con muchos países confirmando su apoyo y adhesión a la opción de autonomía propuesta por Marruecos, agregó. Después de que Estados Unidos, el mundo árabe, las Naciones Unidas, los países de la Unión Europea validaran el enfoque marroquí, con el efecto inmediato, «el régimen argelino, que durante mucho tiempo se ha escondido detrás de falsos pretextos para no asumir sus responsabilidades, se ha vuelto como un conejo atrapado, añade.
“Hoy, si bien en el plano político y diplomático Argel reconoce haber perdido, como sugieren sus largos silencios y sus reacciones epidérmicas a través de la convocatoria de su embajador en Madrid, sus medios están fuertemente encerrados en una lógica autista”, subraya, señalando que la soledad del régimen argelino se manifiesta también en su incapacidad crónica para organizar la cumbre de la Liga Árabe.
“Programada en principio para el próximo 1 de noviembre con la idea de acoplarla a un evento nacional, esta cumbre aún no está garantizada para realizarse en Argel. Tan fuerte es la desconfianza de los países árabes con respecto a «un régimen argelino con cambios de ánimo e inestabilidad crónica», añade.
Estos cambios de humor fueron sin duda la causa de la pérdida de crédito de las autoridades españolas al ver la ligereza con la que este régimen manejaba un asunto tan vital y tan estructurante para la paz en la región como el comercio y distribución de gas, apunta Tossa, señalando una creciente preocupación que se está apoderando de la mente de las personas.
Y si este régimen argelino, atascado por todos lados, no reacciona con la inteligencia que la situación requiere, ¿quizás deberíamos temer provocaciones por su parte para intentar tirar las cartas y barrer nuevas alianzas?, cuestiona el politólogo, evocando al respecto provocaciones directas o subcontratadas a las milicias armadas del Polisario.
«Esta angustia es ampliamente compartida por muchos think tanks que ven en la precipitación militar de este régimen una evidencia inevitable. Refleja la incapacidad de este régimen militar argelino para cambiar su dogma fundacional, el de ser un factor permanente de división y inestabilidad, impulsada por un deseo de poder y dominación en gran medida fantaseado», concluye la misma fuente.
28-03-2022