Marruecos no vive actualmente una situación de «estanflación», aseguró ayer martes en Rabat el wali de Bank Al-Maghrib (BAM), Abdellatif Jouahri.
El Reino no atraviesa un período de estanflación, “al contrario, estamos en una fase de presión inflacionaria que se confirma”, explicó Jouahri durante una rueda de prensa.
La presión inflacionaria se siente, ya sea en países desarrollados o emergentes, agregó, destacando la trayectoria ascendente de la inflación que pasó de 1,4% en 2021 a una tasa esperada de 4,7% en 2022.
El año 2022 está marcado por la inflación importada, observó, al considerar necesario realizar una actualización más frecuente del índice de precios al consumidor (IPC) ante esta coyuntura.
Además, el Wali de Bank Al-Maghrib explicó el mantenimiento de una política monetaria acomodaticia por el lento crecimiento económico que se desaceleró, tras la caída del valor agregado agrícola. Mantener la tasa de política en 1,5% también está motivado por el retorno esperado de la inflación a niveles moderados en 2023, señaló.
Dadas las incertidumbres que rodean los desarrollos geopolíticos relacionados con la situación en Ucrania y sus posibles implicaciones a nivel internacional y nacional, Jouahri subrayó que el Banco Central de Marruecos continuará monitoreando de cerca la evolución de la situación económica y financiera y actualizará regularmente sus pronósticos y análisis.
23-03-2022









